Me inspiran este tipo de paisajes, ¿Y a ustedes?.

Allí va don Vicente Montero en su caballo blanco con herraduras de acero. Fija sus ojos grises en Lorenza la hija de una de las criadas, una joven quien lo derrumba como un castillo de arena a las orillas del mar cada vez que se entrega a su salvaje y alocada forma de amar. Ellos disfrutan amarse en aquel monte verde, fresco y espeso, rodeados de árboles frutales y de la maleza del campo. El cuerpo de Lorenza comienza a ponerse caliente al igual que una sabana tendida bajo el sol de verano. Él sabe muy bien cómo hacer que Lorenza pierda la calma entre sus brazos. Los labios de ambos mueren por posarse y besar con pasión la desnudez de sus cuerpos. Su lengua de fuego desea introducirse en su alma indomable. Ambos se quedan mirando con ojos de enamorados.

−Allí van don Vicente y la jovén Lorenza a caballo, al parecer los amantes van a cabalgar al monte. Murmuran los peones y criadas de la hacienda cada vez que los ven salir al caer el atardecer.