


Una reflexión dentro de una poesía, la búsqueda de mi ser dentro de un círculo de mujeres y la sororidad al compás del sonido del tambor. Gracias "Alma Colibrí".
Voy caminando,
es un desierto,
Y hay tormenta.
A lo lejos las nubes se platean
se tiñen de color de rosa
Y una mano me toma
No veo la mano,
más que con mirada de fuera,
la externa.
Está ahí, quieta, estrecha,
tranquila, caliente.
Me toma
No siento miedo
La mano me toma
Me dejo caer, me dejo ir,
muerta, inerte, desfalleciente,
Me nublo,
tiemblo y me retuerzo,
me estrecho.
Soy yo de nuevo.
Resplandeciente.
Una mano ha tomado mi aliento
Sé quién soy y a dónde pertenezco.
Lo nublado,
lo nublado se va desvaneciendo
Voy cayendo de nuevo,
a esa paz de nuevo
Me alumbra,
escucho el silencio
Es el yo acompasado,
es el sonido de mi voz
Inerte, calmo, sereno
Que me llena y me transforma
Se traduce en mis brazos,
me da aliento
me lleva sereno
a mi rumbo anhelado.
y comenta
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Perfecto!
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Una reflexión dentro de una poesía, la búsqueda de mi ser dentro de un círculo de mujeres y la sororidad al compás del sonido del tambor. Gracias "Alma Colibrí".
El extraño imán de fascinación que puede despertar en ti el breve encuentro con un extraño
La paseadora decidió dar un viaje lo más puro y simple. Y aprender y contar qué ocurría en cada vez, en cada viaje que pudiera emprender. Aquí el primero, viaje post cumpleañero, Chabihau. Un viaje en solitario a un lugar desconocido.
Aún siento tu ausencia, aquellas mismas sensaciones que contigo aprendí
Mi historia con los computólogos (ganado a pulso el mote): ayer llega el reemplazo del reloj checador, escenario en messenger interno con el susodicho computólogo).
De cómo la vida te da gratas sorpresas, en la forma de una ternura de ojos y de un "que te mejores princesa".
Secuencia de cómo lo barato sale caro, en la vida común y corriente de un gato y su amorosa familia adoptante.


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Francamente media loca, diría bipolar, amante de la buena vida, de las experiencias y de las aventuras (y de los gatos). Que intento hallarme a través de mis relatos, o quizá perderme en ellos. Fantasiosa, demasiado fantasiosa quizá. En donde todo puede ser un punto de encuentro y desencuentro pero nunca un punto final. O quizá sea sólo parte de mi obsesividad.