


Abro la ventana de la imaginación y me sonrío...sí, sonrío emocionada por lo que estoy mirando, bellas y diminutas florecillas silvestres que adornan senderos, acantilados, valles, montañas, llanuras, bosques y selvas casi impenetrables.
Sus colores hermosos, sus formas tan variadas, sus aromas que envuelven el aire que las besa. Estan allí sin miedo, sin cansancio, sin quejas ni amarguras. No son como los humanos que por todo protestan. Ellas hacen bien su trabajo, cumplen su cometido. Embellecen alegres la pródiga tierra.
Seamos nosotros cual esas florecillas, no importa donde, no importa el cuando, no importa el como, no importa el por qué. Demos luz y alegría, abre tu ventana, sonríe, vive.
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amén y amenEs un relato sencillo pero muy bueno. Aunque a lo mejor nos equivocamos y las florecillas también protestan a su modo, y nosotros no las sabemos esntender.Positiva! Me gusta! Saludos!Lo disfruté mucho, hay que dejar que la imaginación vuele libre entre montañas y mares.Muy bueno, es como un viento fresco... felicidades...