


Los estudiantes que llegaron antes que el profesor, aguardaban con expectativa su llegada. Era su primer día de clases. Ella estaba sentada en una silla de atrás, al fondo, para observar desde allí, a aquellos que iban llegando y que serían sus compañeros de clases durante aproximadamente 6 meses.
Sus ocupaciones y responsabilidades familiares, no le habían permitido estudiar una carrera universitaria hasta pasados los 30. Aunque aparentaba contar con menos años.
Y allí, mientras pensaba en lo inmaduros que habrían de ser los estudiantes de aquella clase, pasó lo inesperado. Èl entró a aquella aula y aunque ella lo intentó, no le pudo quitar los ojos de encima. Fue incapaz de disimular lo que sintió: el tiempo se detuvo por unos segundos y el aire se hizo más denso. Observo anonadada, la curvatura de su poblada ceja y su adusto ademán. Y él. Èl, preso de la energía que los rodeaba, levantó su mirada y sus ojos se cruzaron con los de ella.
Era la primera vez que se enamoraban.
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El título lo dice todo. Me gustó. Un saludo.Muy bonito tu escrito, el amor a primera existe soy testigo de ello. Saludos Gilza ;)Yo siempre me enamoro a primera vista, lástima que nunca es reciproco. Muy lindo. te felicitoGracias Carlos Higgie. Yo pensaba que no existía. Pero tal y como cuenta el relato, asì pasa.El amor a primera vista existe?? si que existe. Un saludo, me gutsó muchoUn cruce de miradas impactantes. El amor entrando por los ojos. Buen relato.
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La observación de una vieja fotografía familiar, desemboca en la idea de la finitud de la vida humana y plantea la interrogante de que los placeres puedan quizá ser un don innato e inconsciente a través del cual el hombre se enfrenta a su propia muerte.


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Disfruto mucho de la buena literatura. Soy colaboradora de artículos para un diario local. De profesión, financista.