


Cerquita de un condado...
En mis campos de primavera me suelo acostar, ahí tengo a unas bestias. A unas las traje yo solita por deseo, y ellas, en su mundo ni se enteran, otras llegaron por curiosas y se quedaron por capricho pero no se acercan, no me tocan, sólo me miran desde lejos.
Me gusta retarlas pero no a todas les gusta ni todas responden, algunas no hablan, las siento y tiemblan sus ojos, tiemblan sus ojos de chivo loco.
Bailaban conmigo, a su manera, desde el verano en las noches de tango hasta las lunas de octubre pero algo les pasa a mis bestias que últimamente me dejan sola, todas mis bestias se van y yo bailo sola en la pista y de noche.
Yo creo que es mi espejo o mis dientes no prístinos o alguna vaca nueva de algún condado cercano. Y es que mis bestias no suelen ser llamadas bestias, en otros mundos retirados a ellas les llaman hombres.
y comenta
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muy buen relato amigamuy buen relato amiga
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Aquí se darán cuenta que el amor a la mexicana no es el que canta Thalia, sino este, el que te engorda.
¿No le encuentras un titulo exacto a esa persona? ¡Quizás es amor fantasma! Tómeselo con ironía y no olvides comentar o te quedarás calvo(a) :)
Como cuando te das cuenta que te están dando en la madre, que te están jodiendo. Amor a lo rudo, agregue una pizca de desesperación, dos cucharadas de obsesión y hornee a fuego alto, pero que no se le queme, después disfrute en compañía de su crush.