


Bombardeo
Históricos |
29.07.06
Sinopsis
Nos han ordenado apagar las luces y toda la ciudad se queda a obscuras.
Suenan las sirenas pero madre y yo no vamos al refugio porque no hay refugios para todos y, además, los refugios no son mucho más seguros que casa.
Padre no ha llegado todavía y ya se escuchan los reactores rugir sobre la ciudad. Madre llora. Me abraza y a obscuras noto como se muerde los sollozos, pero creo que la siento temblar aunque con mis temblores no puedo saberlo.
Empiezan las explosiones, no sé si son cerca o lejos, pero tras dieciséis días de bombardeos suenan a miedo.
Entre las maderas que cubren las ventanas los brillos delatan las futuras explosiones y con ellos veo las húmedas líneas que cubren la cara de madre.
La puerta se abre y entra padre y se abraza a nosotras.
Ya estamos los tres y ya no siento el frío del miedo. Madre tampoco tiembla, ahora ya nada importa, estamos preparados para morir.
No se escuchan más explosiones y el rugir de los aviones se aleja. Permanecemos abrazados en silencio.
Suenan las sirenas y padre aparta las maderas de una ventana, pero no quiero mirar. Entre tanto, madre ha encendido una vela y puedo ver la cara de mi padre que sonríe con suavidad, pero no me engaña, su corazón llora.
--¿Por qué?—Logro decir con la voz rota por el llanto atragantado.
--Porque estamos aquí y ahora. Las alegrías y las tristezas van y vienen y le tocan a quien le tocan. No busques razones, no busques culpables pues solo hallaras el camino del odio nunca el del agradecimiento.
Padre ha sufrido demasiado y algo debe haberse roto en su interior. ¿Cómo es posible no odiar?
Pero padre parece leer mi interior.
--Solo hay una forma de vivir por desgraciado que seas y es aprendiendo a no odiar, porque cuando odias algo muere en ti. Tu hermano murió hace cinco días y algo muy nuestro murió con él, pero si odiáramos por ello ya no podríamos vivir.
“Padre se ha vuelto loco”.
En la calle se oyen gritos y lamentos. Nos asomamos a la ventana y hombres y mujeres gritan al aire como retando a los aviones. Mucho jaleo pero nada inteligible. Algunos portan viejos fusiles y disparan al aire.
Padre vuelve a leerme el pensamiento.
--¿De verdad crees que yo estoy loco?
Suenan las sirenas pero madre y yo no vamos al refugio porque no hay refugios para todos y, además, los refugios no son mucho más seguros que casa.
Padre no ha llegado todavía y ya se escuchan los reactores rugir sobre la ciudad. Madre llora. Me abraza y a obscuras noto como se muerde los sollozos, pero creo que la siento temblar aunque con mis temblores no puedo saberlo.
Empiezan las explosiones, no sé si son cerca o lejos, pero tras dieciséis días de bombardeos suenan a miedo.
Entre las maderas que cubren las ventanas los brillos delatan las futuras explosiones y con ellos veo las húmedas líneas que cubren la cara de madre.
La puerta se abre y entra padre y se abraza a nosotras.
Ya estamos los tres y ya no siento el frío del miedo. Madre tampoco tiembla, ahora ya nada importa, estamos preparados para morir.
No se escuchan más explosiones y el rugir de los aviones se aleja. Permanecemos abrazados en silencio.
Suenan las sirenas y padre aparta las maderas de una ventana, pero no quiero mirar. Entre tanto, madre ha encendido una vela y puedo ver la cara de mi padre que sonríe con suavidad, pero no me engaña, su corazón llora.
--¿Por qué?—Logro decir con la voz rota por el llanto atragantado.
--Porque estamos aquí y ahora. Las alegrías y las tristezas van y vienen y le tocan a quien le tocan. No busques razones, no busques culpables pues solo hallaras el camino del odio nunca el del agradecimiento.
Padre ha sufrido demasiado y algo debe haberse roto en su interior. ¿Cómo es posible no odiar?
Pero padre parece leer mi interior.
--Solo hay una forma de vivir por desgraciado que seas y es aprendiendo a no odiar, porque cuando odias algo muere en ti. Tu hermano murió hace cinco días y algo muy nuestro murió con él, pero si odiáramos por ello ya no podríamos vivir.
“Padre se ha vuelto loco”.
En la calle se oyen gritos y lamentos. Nos asomamos a la ventana y hombres y mujeres gritan al aire como retando a los aviones. Mucho jaleo pero nada inteligible. Algunos portan viejos fusiles y disparan al aire.
Padre vuelve a leerme el pensamiento.
--¿De verdad crees que yo estoy loco?
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que buen relato sobre lo que sucede en un bombardeo, un saludo.A mí en cambio me parece mejor que el tuyo.Esta vez eres tú el que ha caido en el tema trillado. Generalmente tus textos tienen profundidad de pensamientos, pero esta vez cro que no queda demasiado bien explicado lo que quieres decir. Atentamente tu fan incondicional Dark Verde.


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Criticarlo todo pero de forma constructiva. Las ciencias, no en vano estudié ciencias químicas... en fin que no soy de letras, espero que sepáis perdonarme.
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