


Hay momentos mágicos que nos regala la vida.
La excitación del intenso día vivido en Volcán Arenal me mantuvo dando vueltas en la cama gran parte de la noche. A las cinco de la madrugada ya no aguantaba más; me levanté, me duché y salí a la terraza para ver cómo amanecía. Desde la misma habitación se veía el volcán y, aunque a esa hora había cierta bruma, tenía la esperanza de que a media mañana la atmósfera estuviesa limpia para poderlo ver perfectamente.
Estaba distraída fotografiando las orquídeas del jardín del hotel cuando, a lo lejos, un movimiento llamó mi atención. Utilicé el zoom de la cámara para acercar la visión:un colibrí... Era absolutamente maravilloso. Movía las alas tan rápido que no se veían y parecía que únicamente la magia lo sostuviese en el aire. Sin poder apartar la vista de él, observé cómo se acercaba. Majestuosamente paseó su vuelo delante de mí mostrándome así su belleza. Lo tenía tan cerca que sólo alargando la mano podría haberlo tocado. Levanté la cámara y enfoqué. En ese momento, se posó en una rama y permaneció asombrosamente quieto. Me miró y disparé robando así su alma, justo en el mismo instante en que él fue dueño de la mía.
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QUÉ BIEN narrado. La frase final roza el alma.¡maravilloso!, me gusto el uso de la cámara en tu relato, le dio el toque perfecto. espero leer mas de tus relatos. saludos querido Seresam ;)En hora buena tienes mucha suerte en mi primer relato nadien me calificó espero subas más y prueves escribir distintos géneros suerte y un saludo.Por cierto me a gustado.Muchas gracias por vuestras valoraciones; un incentivo para seguir perdiéndome en el mundo de las palabras que, si me lo permitís, compartiré con vosotros.