


Dícese de la sobredosis que padece el corazón cuando la lleva pillando demasiadas noches seguidas. Dolor de cabeza y de alma a la vez. Texto de hace como casi 10 años y todavía me identifica. La vida es tan cíclica...
De bar en bar, de esquina en esquina, de calle en calle y de corazón en corazón.
Aqui estoy yo.
Esperando a la espera, deseando perecer, aguantar, resistir, no caer!
Sin embargo, resbalo comiendome el suelo de mis temores día trás día, hora trás hora y noche trás noche.
Noches de tabaco con sexo embriagado desprenden mal sabor de boca.
Noches pensando como ser felíz y haciendo, sin pensar, todo lo contrario.
¡Qué ya me da dolor de cabeza! Son abrazos, son caricias,¡son besos!
Miles de besos de labios de miles de caras de cabezas, de personas , que resbalaran por mi cuerpo para nunca quedarse, para desvanecerse en la nada, para ser nada.
Montones de sentimientos colocados estratégicamente sobre mi piel, como una montaña de arena en el desierto, que en cualquier momento puede desmoronarse con el viento y hundirse sin más, desordenadamente, creando caos y confusión.
Esnifando dolor y confusión transcurre mi vida, eso si, con algún que otro chute de esperanza y sonrisas baratas, que nunca van mal, ¿no?
y comenta
-
Este relato no tiene comentarios
-
Desde siempre y hasta nunca. Jamás creí que estaba tan cerca de mí misma como ayer.
La reflexión del día...ojalá alguien pueda sentirse un poco identificado con estas líneas. ¿Yo? al final mi día no ha acabado tan mal...
Dícese de la sobredosis que padece el corazón cuando la lleva pillando demasiadas noches seguidas. Dolor de cabeza y de alma a la vez. Texto de hace como casi 10 años y todavía me identifica. La vida es tan cíclica...
A veces, repaso mis escritos y poemas y me encuentro con recuerdos perdidos en mi mente, pero plasmados en el papel. Dejo por aquí uno al que le tengo especial cariño, de hace unos años ya. Espero que guste.
No sé cuántos desenlaces habré escrito ya, tal vez más de los que al final he terminado viviendo; pero éste es el último, el definitivo. Vengo a desahogarme, otra vez. A vaciar un poco la mierda que vive en mi mente y que de tanto en tanto, se asoma a saludar a mis recuerdos y se toma alguna birra con ellos.
Escrito poético de por allá el 2012... la primera frase me vino a la cabeza después de un beso "vacío" en el metro... espero que os guste!