


Varios poemillas de variada temática. Espero que os gusten
I
Encierra la palabra y hazla presa
…que libre en su cárcel juzgue
la honestidad del hombre
que la expresa.
II
Palabras que en frase son río,
acumulan errores de tino,
palabras llueven en blanco y amarillo,
todo sagrado y sinsentido.
III
Noche que me habita y cerca,
qué terca es la Tierra,
tan oscura a veces,
que solo mi palabra llena.
IV
Silencio que de tan poco cantado
inundas el escrito de chispas transparentes.
Silencio que de veras obliga la página
en blanco de un poeta en ciernes.
V
¡Ah! Rencor puto y perspicaz,
buscas sagaz mi punto egoísta
con la pena como arma frontal:
el foso no es hondo y mis puertas no resistirán.
VI
Esa imagen que un bulldog devora
y los amigos compran,
ese vendedor de fraudes
de sonrisa diamantina…
VII
Una cana desde un peine dentado que nada
en las tuberías hacia el río posada en la crin
de una mosca y aterriza en una sábana
de lodo: esa es mi herencia al mundo.
VIII
El espejo prolonga el himno
que un día mi padre y madre cantaron,
yerro consensuado entre mi padre,
mi madre, yo, y el espejo susodicho.
IX
¿Qué tiene en pie a este muñeco?
Hilos de paja y limo,
sueños que envejecen lento
en la cabeza juguetona de aquel niño.
X
Penoso el anacoreta quebrado
de mente en el monte cerrado,
que piensa que nada le concierne
y alrededor todo es pasado.
XI
Vendedores de sombras áulicas
bufonean en mesas con tapete
y sillones pesados. En la calle
todos callan y miran por el cristal.
XII
Soledad: árido es mi respeto,
quemas las naves en el mar,
bates titanes en la campiña
y matas ruiseñores en el burdel.
XIII
Confabulo en tus tercas galerías,
soledad mezquina,
inspiradora de poesía y guerras,
ganas siempre la partida.
XIV
Mi rostro es una cicatriz eterna:
Debe ser el óxido de la tristeza de llagas salobres…
¿Dulce? ¿Salado? Solo dolor sin sabor de mujeres
innecesariamente ingratas pero tan puras, tan guapas.
XV
Octubre llorón de niños encapuchados,
lárgate de espaldas avergonzado
y filtra la savia nueva de árboles talados,
es tu trabajo y ya es demasiado.
XVI
Tocarte el pecho es mi fundamento,
placer sonoro firme y lento…
XVII
Serás como fuiste y no hay más,
acomoda tus espinas en el sillón y márchate
como llegaste: ladina gota de vapor, márchate
y déjame volar.
XVIII
No insistas que no te quiero,
o si te quiero es como el martillo al mango,
como el óxido al hierro
o las piernas de mujer al tango.
XIX
Vuelve al ritornelo de tus manías transitorias,
compra un boleto de la suerte con factura
y si toca coge un barco o una lechuza
y exalta tus virtudes allá en la luna.
XX
Todo (todo) es cuestión de tragaderas,
el inmenso mar que nos separa no es
bastante en mis entendederas
para rezar a los dioses por tu vuelta.
XXI
Sabéis enamorarnos,
Fragantes violetas.
Jorge Guillén
Saben enamórame las violetas,
moradas pieles y cueros gasos.
Saben enamorarme las violetas,
ostras húmedas de amor escaso.
XXII
Ese amor de otoño que a la niebla conviene,
la grandeza de su nombre acaricia
las cosquillas del más débil y tumba
la libertad de los héroes.
XXIII
Las horas aburridas a tu lado
nimban recuerdos de un pasado
no sé si peor o mejor, pero
solo mío…sólo mío.
XXIV
Cuelga de la pretina tus amores
de barra, Clodia cantarina,
cuelga de tu bolso este hombre
y en un pasmo bébelo, Clodia mía.
XXV
Si siguiera el inmiscible sabor de tu perfume
por la precaria soledad del momento
acaso me encontrara ante una verdad sencilla y clara:
tú eres mi casa, mi collar, mi tiempo.
XXVI
Impaciente sentido ese que arroja
luz en la cueva sin sol del antiguo:
Esa cosa que la mocedad mata
y el vigor no reconoce.
XXVII
Indiita: duerme el espejo de obsidiana
y vuela acá tu pelo de dril y rojo:
Venus que bebe en mi horóscopo
el líquido de mi purgado foso.
XXVIII
¡Cuánto labio de púrpura teatrales
exageradamente pecadores!
Miguel Hernández
Ay, libidinosos labios,
extremadamente besadores,
artificialmente decorados,
exageradamente pecadores.
XXIX
Hoy llueve leche en la acera,
no veo los árboles tras las gotas.
Creo que me llamas al otro lado…
no veo los árboles tras las gotas.
XXX
Socavaré esa mina de carbón, perro taimado:
Conquistaré las luces y el sol, lubricaré el camino
de zarzas impúdicas y poros arbitrarios
y entrare al trote sobre mi caballo victorioso.
XXXI
Riega mis secos afluentes
de frívola pausa o frívolo silencio,
riégalos con las curvas imposibles
de tu inasible cuerpo.
XXXII
Violar tu blanco limbo sanguinariamente,
cantar la victoria de un boxeador
con el puño al cielo y abandonarte
como los amantes de los boleros.
XXXIII
Carne encendida en la pompa
de duermevela nocturno.
Eres cordillera de muros sin orar,
rosicler en la noche contaminada.
XXXIV
Tu piel enfadada de noche
chupa lo que se la ofrece.
Mis manos soplan el
laberinto de tu pelo.
XXXV
Bébete las perlas del mar
y come el coral gelatinoso. Ven
sirena, amarra al muelle tu cola
y deja acariciar tus escamas.
XXXVI
Mi niña borracha de rosas,
come este melocotón hasta el hueso
y guárdalo en un arcón…
Junto con los otros huesos.
XXXVII
¡Ah, el barro de la vida¡
Esa cosa que a muchos toca
y a pocos unge.
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Escribe tus comentarios...Treinta y siete estrofas, mas la guinda del margen derecho, las disfruté mucho.Escribí un comentario de esos largotes pero al agregar "De cuevas y escamas" a favoritos se borró todo. Una mina.Escribe tus comentarios...que desarrollo interesanteMuy cierto. Saludos


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Por supuesto leer y escribir. Toda clase de deportes y ,como no, viajar, viajar todo lo posible y cuanto más mejor