


Chiito Melandrois es la prometedora estrella olímpica de Japón. Hasta que el amor se cruza en su camino.
Despeinado
Chiito Melandrois no conocía el fracaso. Elevó una pierna, y luego la otra; disfrutó del contacto de la lycra algodón contra su cuerpo, se regocijó con el sudor, bajó finalmente del potro. Una actuación casi perfecta, nuevamente. Con escasos 13 años, ya era una de las más espléndidas y prometedoras estrellas atléticas de Japón.
Pisando los 17, Chiito no recordaba otra cosa de su vida que no fueran los entrenamientos. Escuela lo necesario, amigos pocos, vida sexual inexistente. Tentaciones siempre había habido; un par de chicos lo buscaban, lo incitaban, pero Chiito solo tenía una meta: ganar la medalla de oro.
La tarde en que Yosuke se acercó y decidió seducirlo, Chiito tuvo que hacer un gran esfuerzo para negarse; Yosuke era mayor y atractivo, y Chiito deseaba fervientemente escapar con ese muchacho.
Como todo lo demás en su planificada vida, la dieta de Chiito era absolutamente irreprochable: pocas calorías, comidas bien distribuidas, suplementos nutricionales. Cuerpo perfecto, cabello engominado, cabeza erguida, miradas atentas.
Pasado cierto tiempo, sin embargo, una agradable conversación y rozamiento accidental de cuerpos luego de los entrenamientos, hicieron que Chiito y su primer amante, Yosuke, terminaran teniendo sexo en un cuarto trasero de la instalación deportiva. Cuerpo perfecto sudado y desarticulado, cabello revuelto, cabeza doblada, mirada perdida.
Mientras comía los cereales, Chiito no lograba despegar sus ojos de la página de deportes. “Chiito Melandrois, espectacular atleta japonés de solamente diecisiete años, campeón de los juegos invernales de Kyoto”. Sus padres y su hermana estaban orgullosos; como premio había recibido un nuevo equipo deportivo, gomina para el cabello y el libro que todos sabían debía leer: “Historia del atletismo en Japón; los triunfos y las estrellas”. Una vez obtenida la medalla, Chiito sabía, su nombre y su imagen también figurarían en el libro dorado; el libro de su futuro éxito profesional. Chiito tenía la certeza absoluta de que eso ocurriría; su entrenador Hirohito ya se lo había dicho: él sería la nueva gloria olímpica de Japón.
El primero en notar la mordida en el cuello fue su padre, posteriormente su entrenador Hirohito. Las miradas de reproche y preocupación no lo habían dejado dormir. Por primera vez, luego de doce años de dedicación y disciplina ejemplar, Chiito, el joven modelo del deporte, faltaba a los entrenamientos para encontrarse con su novio Yosuke.
Pocos días después de los vergonzosos titulares en los que un funcionario de la institución deportiva acusaba a Chiito Melandrois, la estrella olímpica, de mantener relaciones sexuales con su primo en las instalaciones del complejo deportivo donde ambos entrenaban, el cuerpo de este, Yosuke Melandrois, fue encontrado en un callejón en la mañana del catorce de setiembre. Una semana más tarde, cuando, ante el horror de los ciudadanos, el cuerpo encontrado fue el de Chiito, las autoridades informaron que el triste destino de su prometedora estrella había sido el harakiri.
y comenta
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Gracias, Yolanda!Triste el fracaso de su gloria. Muy bien narrado. Razones de honor por su cultura y convenciones sociales, privándole de amar a quien desee. Un saludo Virginia.Gracias!!Para los japoneses, el orgullo del éxito ante una actividd, del que surge la buena imágen a pesar de que uno interiormente sienta tristeza por algo es primordial. Si éste falla por alguna razón es un deshonor y viene el suicidio. Muy buen relato.Saludos Virginia...una historia conmovedora, que pone al tapete, los prejuicios, los criterios rígidos de disciplinas y costumbres milenarias, que nos hace pensar, en forjar un futuro mejor con libertades, sin impedimento forzados e impositivos.
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