


Dios y el diablo fundidos en un fuerte abrazo....
Un objeto celeste entró a más de 38 kilómetros por segundo en la atmósfera terrestre, lo que provocó una enorme bola de fuego que volatilizó las enormes nubes negras que cubrían los cielos. La bola de fuego liberó una energía equivalente a 25 megatones, que al impactar contra el Monte Pindo, generó enormes presiones que pulverizaron las Aras sextianas, que había mandado construir el general romano Sextius, en el año 19 a.C en honor al emperador Augusto. La explosión fue tal que provocó el deslizamiento de parte del monte que se hundió en las aguas del Atlántico.
Una enorme bola de luz emergió de en medio de las enorme nubes de polvo que cubrían los restos del Monte Pindo.
Como respuesta al impacto exterior, las fuerzas interiores del planeta, produjeron una enorme sacudida en el terreno. El seísmo originó una grieta de enormes proporciones, que dividió el monte Pindo en dos partes.
La enorme bola de luz ni se inmuto del movimiento terrestre ya que permanecía inmóvil levitando a unos metros de la tierra. De las profundidades de la grieta, una densa nube negra, brillante como el azabache se colocó a la altura de la bola de luz. Al unísono, la bola y la nube se posaron sobre las rocas de una de las laderas del malogrado monte Pindo. Ambas figuras comenzaron a vibrar y tomaron forma humana.
– Qué tal hermano? – Preguntó la forma humana con la tez más oscura.
– Si estamos juntos, ya conoces la respuesta. – Respondió la otra figura.
– Entonces, ¿Por qué has dejado, que la humanidad llegue a estos límites?. – Inquirió la figura oscura.
– Apolión, ¿tú?, ¡me haces esa pregunta!, el insaciable devorador de almas, el que viene del abismo insondable y vive en el mundo de los muertos, ¡osas preguntarme eso!.
– Si, te lo pregunto a ti, Yahveh el misericordioso.
– No me hagas reír Apolión, dame un abrazo.
Las dos figuras de aspecto humano, se unieron en un fuerte abrazo mientras la tierra se movía bajo sus pies. Se posaron sobre el terreno y éste dejó de vibrar.
– ¡Cuanto tiempo ha pasado!, te veo desmejorado.
– Si, mucho. Desde que el gilipollas de tú hijo, mí sobrino, bajo de los cielos a sacrificarse por estos despojos, a redimir sus pecados, a salvar al mundo.
– Yo ya se lo dije, ¡éste mundo no lo salva ni Dios!
De manera simultanea, Dios y el diablo, soltaron una carcajada. Nubes negras cubrieron todo el cielo ocultando los rayos del sol. La luz dejo paso a las tinieblas.
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Hola amigo Jesús. Curiosa e imaginativa conversación..., Un placer leerte. Un abrazo y felices fiestas.Hace rato que no te leía, tu relato me ha gustado mucho, es muy original e interesante. Esperare la segunda parte. un besito.Muy interesante ! Eran, o son, dos hermanos, más precisamente "medios hermanos": Enlil y Enki, que no se odiaban sino que rivalizaban, y cada uno no era ni tal malo ni tan bueno, y faltaría Ninhursag, la diosa, para completar la santísima trinidad... muy bueno y espero que tenga continuación... saludos...Excelente y certero. Me gustó.Muy bueno gracias por compartirloEspero con ansia la continuación...Muy bueno en tú línea. Un saludoMe gustó espero la segunda parteBuen comienzo para un relato mayor
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Mucho tiempo llevaba sin publicar un relato en la web. Es un PROLOGO de algo que estoy escribiendo, espero que os guste y opinéis sobre el. Un saludo y gracias por seguirme en la web.
El primer relato del 2018, espero que os guste. Un saludo a todos los que me siguen.