


Microrrelato. La realidad siempre supera a la ficción.
Abro la puerta del edificio, los obreros continúan con el martillo neumático preparando la pared para el nuevo y moderno ascensor. El ruido es atronador, las vibraciones se notan en todo el edificio. Me siento en el borde de la cama y agacho la cabeza. Las lágrimas empiezan a caer al suelo: tengo 38 años, me acabo de quedar en paro y ni siquiera tengo una cartilla de ahorros.
Me seco las lágrimas, los hombres nunca deben lloran me decía mi difunto padre, y miro al póster gigantesco que cubre un agujero de la pared: Un concierto que nunca se celebró, un día que se suponía feliz y en el que decidiste apostar por la seguridad del jersey de coderas.
Se acaba la batería del teléfono móvil, el cargador está en el salón pero no tengo ganas de escuchar frases lastimeras de mis amigos. Agacho la cabeza y vuelven a aparecer las lágrimas, ya no sé ni llorar. Se escucha un ruido atronador y un obrero grita que ha cedido uno de los pilares principales. Levanto la cabeza, el póster me abraza en su apacible oscuridad y me lleva a ese concierto que nunca se celebró. Sonrío.
y comenta
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Cierto, nunca sabes cuando cesaran las desdichas cuando estan para nosotros, un saludoUn poco desesperanzador, creo que cumple su objetivo. Excelente.El poster que anuncia el concierto que nunca se celebró, es el símbolo de un tiempo del silencio y de incertidumbre en el que estamos inmersos. Un buen y signifiativo relato.No es muy optimista pero está bien.
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En la toma de decisiones siempre tienes que dejar algo. La realidad siempre supera a la ficción.
Esperas esa llamada preparado, pero cuando la recibes no sabes responder a ella. La realidad siempre supera a la ficción.
Hay ocasiones en la vida en la que se juntan demasiadas cosas. La realidad siempre supera a la ficción.


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Desde hace varios años la escritura es la mejor terapia para soportar una sociedad cada vez más insoportable. Mis historias intentan poner en movimiento las magníficas fotografías de un amigo, un proyecto que poco a poco va cogiendo forma.