


Fin de darle vueltas a la cabeza, fin de analizar, fin, fin, al fin...
A veces me pregunto cuánto tiempo más habría aguantado viviendo en la incerteza.
Incómodamente amoldada a algo que no me convencía nunca del todo y que me generaba tantísimas dudas.
Me creía capaz de llegar a hasta el mismísimo final, de encontrar la respuesta clara y entonces, si eso, plantearme un cambio radical y definitivo, o no.
Pensaba mantener mis verdaderas sensaciones en la penumbra, hasta que no pudiera más y un día explotara sin remedio.
Me llegué a sentir tan sumamente hipócrita. Aunque principalmente lo estuviera siendo conmigo misma. Hipocresía producida por el temor de tomar una decisión.
Vivía en una duda permanente, por el miedo a equivocarme, a decidir si sí o si no.
Tenía pánico a caer otra vez en un bucle de confusión y encontrarme de nuevo, cara a cara, con el mismo dilema de siempre: corazón y razón, razón y corazón.
Y a hacerle daño, tanto o el doble del que me podía hacer a mí callarme mis dilemas.
Sin embargo no lo conseguí, y no por qué no fuera capaz de aguantarlo, si no por qué se me agotó la esperanza y la ilusión, por qué ya no sentía más que pura tristeza.
Y estallé en mil pedazos.
Y emergió aquella pena que te derrota cuando sientes frustración por qué al final las cosas no han sido como siempre habías deseado.
Y ahora me doy cuenta de qué ése temor a decidir solo vivía gracias a la pena, a la tristeza, a la nostalgia de pensar en todo o nada, en no volver a verle más, tal vez.
Pero me he liberado, sí. De alguna forma lo he hecho y de alguna forma creo ser más feliz.
Todavía no ha pasado ni un mes y sé que probablemente cuando haya pasado un año aún voy a guardar un poquito de dolor en el alma. Por qué le quise de verdad, aunque ya no pueda quererle más.
y comenta
-
Este relato no tiene comentarios
-
Desde siempre y hasta nunca. Jamás creí que estaba tan cerca de mí misma como ayer.
La reflexión del día...ojalá alguien pueda sentirse un poco identificado con estas líneas. ¿Yo? al final mi día no ha acabado tan mal...
Dícese de la sobredosis que padece el corazón cuando la lleva pillando demasiadas noches seguidas. Dolor de cabeza y de alma a la vez. Texto de hace como casi 10 años y todavía me identifica. La vida es tan cíclica...
A veces, repaso mis escritos y poemas y me encuentro con recuerdos perdidos en mi mente, pero plasmados en el papel. Dejo por aquí uno al que le tengo especial cariño, de hace unos años ya. Espero que guste.
No sé cuántos desenlaces habré escrito ya, tal vez más de los que al final he terminado viviendo; pero éste es el último, el definitivo. Vengo a desahogarme, otra vez. A vaciar un poco la mierda que vive en mi mente y que de tanto en tanto, se asoma a saludar a mis recuerdos y se toma alguna birra con ellos.
Escrito poético de por allá el 2012... la primera frase me vino a la cabeza después de un beso "vacío" en el metro... espero que os guste!