


EL EXTRAÑO
Fantasía |
19.05.07
Sinopsis
EL EXTRAÑO
Siempre me afeitaba por las noches. Ya sé que lo normal es hacerlo al levantarse. Así lo hacen mis compañeros. Nos insistía el sargento en la mili: “Hay que estar uniformado y rasurado al amanecer”. Me lo repetía mi padre: “La presencia es lo primero, un buen afeitado por las mañanas es fundamental para el resto de la jornada”. Eso hacía yo hasta aquel día, cuando me vi reflejado en el espejo preguntándome quién era ese señor. Me asusté mucho. Una sensación de pánico se apoderó de mí porque no supe contestar a mi imagen, porque no me reconocía en ella. ¿Realmente era yo?
Desde entonces siempre me afeitaba por las noches, cuando todavía hay ruido en casa, la televisión está encendida, en la cocina mi mujer prepara la cena, los niños juegan y se pelean por doquier. Pero el mes pasado, el espejo no respetó nuestro pacto secreto, y volvió a hacerlo. “¿Quién eres?” me dijo, en medio del murmullo doméstico.
Ahora soy un señor con barba.
Siempre me afeitaba por las noches. Ya sé que lo normal es hacerlo al levantarse. Así lo hacen mis compañeros. Nos insistía el sargento en la mili: “Hay que estar uniformado y rasurado al amanecer”. Me lo repetía mi padre: “La presencia es lo primero, un buen afeitado por las mañanas es fundamental para el resto de la jornada”. Eso hacía yo hasta aquel día, cuando me vi reflejado en el espejo preguntándome quién era ese señor. Me asusté mucho. Una sensación de pánico se apoderó de mí porque no supe contestar a mi imagen, porque no me reconocía en ella. ¿Realmente era yo?
Desde entonces siempre me afeitaba por las noches, cuando todavía hay ruido en casa, la televisión está encendida, en la cocina mi mujer prepara la cena, los niños juegan y se pelean por doquier. Pero el mes pasado, el espejo no respetó nuestro pacto secreto, y volvió a hacerlo. “¿Quién eres?” me dijo, en medio del murmullo doméstico.
Ahora soy un señor con barba.
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A veces nuestra mente se desdobla de tal manera que preferimos no escuchar las preguntas y hacer como si hubiera sido un sueño; la soledad ante el espejo es como la soledad del náufrago: huimos de ella, prefiriendo incluso la locura... Muy buen ritmo en tu breve relato; con dos pinceladas has conseguido hacer que imaginemos el resto. Y gracias por leerme. Un saludo.Hola villalba, me ha gustado mucho tu relato hiperbreve. Creo que cada uno debe ser como quiere ser, independientemente de lo que los demás quieren que seamos. Saludossencillo, facil de leer... pero quizas un poco corto... me he quedado con ganas de mas...cotidiano, con clase y fantastico...pero me ha dejado con gans de un pikto mas..quizas el suspense, aunq tiene su moraleja.Este señor no debe dejarse barba, sino mirarse todos los días al espejo porque un día de estos puede que esa imagen le responda sobre quién es el que verdaderamente se refleja en él. Escribe másMe ha gustado pero esperaba algo más que eso. No sé, yo me lo veía venir. Igual es que tengo algo de brujaMe parece uno de los mejores en esta lista de relatos publicadas hasta ahora. Me sorprendió el final.
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En un mundo donde no podemos estar sin móvil, donde pertenecemos a múltiples grupos, a veces, es necesario soñar para salir de la rutina.
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