


Retenido y acusado
me trasladan esposado.
Al juzgado soy llevado
sin decirme mi pecado.
Concluyente mi expediente,
pregunta el juez con ironía.
¿Usted se declara inocente?
“Por supuesto señoría”.
Mi abogado defensor
argumenta su locución.
Como pecador a confesor
esperando la absolución.
“No es delito ser amado
y el amar no está penado.
No hay condena que castigue
a dos amantes enamorados”.
El fiscal por el contrario
interpela dicha cita:
“Es delito casi ordinario
ese amor que usted recita”.
Ante el juez yo me declaro
ser culpable de tal cargo.
“Lo confieso, yo la quiero”.
Grito firme desde el estrado.
Sorprendido mi abogado:
“desestima llevar el caso”.
Más yo le digo malhumorado:
“No lo entiende, yo la amo”.
Es infame e intolerable
la sentencia está servida.
Argumentan ser viable
condenarme de por vida.
Más no saben los borregos
que el amor no es un castigo
Me da igual ser grosero:
“que se jodan, pues la quiero”.
y comenta
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El amor es la fuerza que mueve al universo. Pero hay formas de amor. Unas son buenas y otras tóxicas. No todo vale. Y esto es lo que habría que saber.No se puede dejar de amar como no se puede dejar de mirar, de respirar... aunque me queda la duda de la opinión de la otra parte. Saludos.


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4.23
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La esperanza dicen que se hizo para no olvidarla nunca, pues nunca hubo mayor esperanza que el que la busca.