


Ahogado en la risa
que me regalas sin tapujos.
Herido por tu mirada
que me señala por necesidad.
Hundido por tus cejas que se creen
todo lo que sale de mi boca.
Muerto.
¿Cómo no?
Estos ojos, esas cejas, aquellas risas.
Te diría lo pero,
aquí te hallas, necesitada y ciega,
patética.
¿Qué te he hecho?
Tu que eras a tu medida y semejanza,
y ahora no sabes comer sin mi mano.
Imaginarme, no quiero,
si yo te veo así como me ves tú a mí.
Ahora dime,
¿Es esto amor?
Si no lo es, me muero.
Si lo es, te amo.
y comenta
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Este relato no tiene comentarios
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Se que le falta un final. Pero en esta hoja nadie acaba como deseaba.


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4.56
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