


Lo que dice Furor es totalmente cierto, es más...vengo con tres relatos consecutivos de egos desencajados!! jeje. Es hora de virar el rumbo
Y Alma hacía rato veía a Juan pavonearse y lucirse en el escenario, prácticamente desde que se conocieron. Ella quedó impactada con su imagen; le atrajo físicamente y su loca cabecita acostumbrada a contentarse con fantasear, llenó el resto del vacío que implicaba su personalidad.
Inmediatamente se enamoró; él no la registró, estaba algo ocupado desplegando su show ante aquel público mayormente femenino. Pero Alma tenía sus encantos y si bien había llegado un poco tarde al reparto de belleza, le hacía pleno honor a su nombre. Por alguna razón sus padres se habían inclinado por aquella designación apenas la vieron.
Y había que reconocerlo, era algo feilla pero nada tonta; y no permitió que nada la desviara ni un ápice de poner en práctica sus fantasías con Juan, ni siquiera la feroz competencia mujeril. Solamente debía lograr acercarse a él, y apenas se le diera la oportunidad, no hacer más que aquello que mejor hacía: escuchar y reír.
Tenía mucha facilidad para reír; lo hacía frente al humor sutil y refinado como ante la menor estupidez. Y si bien su risa era bastante involuntaria, sabía que esto aumentaba el margen de atracción, por lo que Alma lejos de avergonzarse le sacaba partido.
Respecto a su capacidad de escucha podría decirse, solía fallarle algunas veces; sobre todo cuando el monólogo se ponía demasiado extenso y no cabía la posibilidad de colocar ningún aviso. En esos casos se perdía entre las palabras, y una vez distraída, su mente deambulaba por los rincones más lejanos de su aquí-ahora. Pero su distracción era totalmente imperceptible para el otro, así que permanecía callada y todos contentos.
Tras un largo período de escuchas y risas, Juan y Alma se pusieron de novios.
¿Porque estás conmigo? – le preguntó ella un día, mientras él se hallaba desarrollando uno de sus actos más encantadores.
¿Qué clase de pregunta es esa? - le respondió él, algo perplejo- por muchas cosas supongo... - pero después de pensarlo un poco le aclaró - en realidad y pensándolo bien, lo que más me gusta de ti es tu sentido del humor.
Ella quedó totalmente satisfecha con esta respuesta. Le gustaba el pensarse a sí misma como alguien capaz de reír y de hacer reír, y porque no, a carcajadas.
Entonces Alma aquel día decidió dejar de ser una simple espectadora y resolvió subirse también al escenario. Era tiempo de que Juan se relajara un rato y tomara asiento para verle. Se sentía con la confianza suficiente para desplegar su talento y dejarlo boquiabierto montando su propio show.
Pensó de inmediato en el humor como su mejor herramienta, y comenzó a imaginar situaciones cómicas que no podía dejar de interpretar. A un ritmo vertiginoso las ocurrencias se sucedían, a tal punto que Alma terminó aquella exhibición totalmente desternillada de la risa.
Mientras tanto allí abajo, estaba Juan incómodo en su silla, serio como perro en bote, esperando ansiosamente su turno.
y comenta
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Buen relato! Está muy bien la descripción que haces de los dos personajesMuchísimas gracias por tus comentarios, amiga Clody. Tus palabras, siempre tan espontáneas y francas, hacen que las vanidades más encalladas se vuelvan humildes. Casi nada. Bravo por el relato. He conocido a personas con ese perfil entrañable que tan bien describes de Alma, una mujer llena de sentido del humor, con alegría y vitalidad innatas, a pesar de no haber sido agraciadas por el destino. Verdaderamente son personas que aportan mucho más de lo que reciben, porque si algo falta en las relaciones personales hoy día es esa entrega desprendida de vida a través del humor. Así que no me extraña nada que el muchacho se tornara "serio como perro en bote", abrumado por tal Alma. Un saludo.Aunque casi todo el relato está dedicado a ella, sin embargo Juan está magníficamente retratado, yo creo que mejor que Alma, y ha bastado una frasecita al principio (pavo real vacío por dentro que ella se ocupa de rellenar) y otra al final que remata la historia. Felicidades.Buen relato. Me ha gustado sobre todo el finalUna historia de amor muy realista, amena, y sobre todo irónica. Felicidades. saludosMe parece, Clody, que hay continuidad con tu relato anterior, "Che amor", que también trata de egos. Me gustan los matices que logras sacar de las relaciones de pareja. Alma pasando por una inocente sorprende a un posible Don Juan. Es como una especie de revancha.Sutil ironía la que encierra tu historia, labrada sobre algodones, me ha gustado mucho.Muy hábil y simpática historia de amor, Clody
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Lo que dice Furor es totalmente cierto, es más...vengo con tres relatos consecutivos de egos desencajados!! jeje. Es hora de virar el rumbo
Creo que hago abuso de algunas cosillas en lo que se podría llamar un intento de poema. Le dejo a ustedes las críticas y por favor sean sinceros con las estrellas y comentario!! Saludos
probaste chiflar comiendo gofio? si alguien dijo que no se puede...inténtalo...(se puede) PD: Agradezco que me avisen de errores gramaticales :)
Aprovecho para agradecer los comentarios tan lindos que he recibido de Roberto y Stavros (de todo corazón). Feliz año para todos!!! El texto es una mirada por supuesto subjetiva hacia la vida de Macarena Gelman hija de desaparecidos en la época de la dictadura.
El diablo sabe más por viejo, que por diablo... Agradezco sinceramente los comentarios, lo único que quiero agregar es que el cuestionamiento del dicho que figura en el relato lo hizo una docente de literatura en cuarto año del liceo, yo tenía 16 años y me hizo pensar mucho sobre las cosas que uno asume naturalmente y que tiende a repetir sin parar a reflexionar el sentido verdadero de las cosas. Yo a partir de ahí tomé eso como parte esencial de mi vida, lo que me ayuda a aprender cada día y tratar de analizar lo que se da por naturalizado. Saludos
Parte de esta historia es real, aunque Mariela no es Mariela y Natalia no es Natalia...