


Símbolo de suerte, aunque su uso bien puede servir a otros menesteres a modo de código, que es por donde se dobla el brácigo. Un código secretamente camuflado al entendimiento ajeno, apartado de lo testimonial, cuya finalidad es la de crear una fina y oculta línea recta hacia esos labios que se añoran, que se esperan, que se encienden al contacto.
Cada vez que lo veías aparecer te sorprendía con su verde candor y te llenaba de vida. Tu corazón latía de nuevo con ganas. Los inviernos se te hacían cada vez más duros sin aquellas simples y minúsculas cuatro hojas.
Eran como los ojos del Guardiana, si seguías el rastro de su serpenteante trayectoria, aparecían y desaparecían a su antojo, dejando a su estela un salpimentado enigma.
Desde que el destino te la presentó nunca has podido dejar de amarla, tanto en el tiempo como en la distancia. Y es que su existencia te ha dejado a su paso profundas cicatrices y también felices crepúsculos, dada su condición de alma libre. Tu deseo es capaz de soportar la crueldad de su apocalíptico silencio durante meses, y de acatar su regreso sin condiciones. Solamente te basta con mirarla a los ojos para hacerle entender que le perteneces.
Has sobrevivido a las nieves del cuarto invierno. Aquel trébol fue como un rayo de sol, una cálida brisa de esperanza. Otro intento fallido de escapar a tu voluntad. Ella había fracasado en la búsqueda de una estabilidad, e incómodamente te alegrabas de ello. Demasiado tiempo convenientemente sola, se acostumbró a su encarcelada libertad, y al intentar compartir su tiempo y su espacio, se dió cuenta de lo complicado que resultaba. Siempre estuviste ahí, y siempre regresaba a ti.
Hubieras deseado intentarlo, pedirle que te diera la oportunidad de demostrarle que contigo todo podría ser distinto. Tenerla cada noche entre tus brazos, en lugar de unas miserables horas a escondidas. Soñabas con esa quimera incansablemente, aunque en el fondo de tu conciencia ahogabas la idea de que acabaras siendo uno más de sus fracasos. Ese temor te quemaba la piel en cada encuentro y en cada desencuentro.
De nuevo hoy robas segundo a segundo su compañía. Ella es todo lo que tienes, y tú todo lo que necesita.
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Habia dejado un comentario pero no se porque no salió al final. Solo quería decir que me ha gustado mucho este escrito. Me ha parecido intenso y muy bien escrito. FelicidadesMe ha gustado mucho,. En ciertos momentos me ha recordado momentos de mi vida. SaludosEs un tipo de relación similar al coito. Duele y da placer al mismo tiempo, cuando se saca porque la necesitas sentir dentro y cuando se mete porque te alegra volverla a sentir. Entre que va y viene, se mantiene. Besos queridaMuy difícil de entender para alguien escasamente romántica. Me quedo con su buen arte escribiendo querido. Le dejo lo que desee.Gracias. ...a tod@sHola Gamusino, me gustó tu historia aunque me quedo con tus relatos de humor, son muy buenos. SaludosRomántico e intenso. El amor a veces es un enigma al que no se le ven los pies ni la cabeza. Un beso.


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No penseis que mis dedos valen más que cualquiera de los vuestros. Grito a los vientos que si por vos pierdo la razón mis dedos dejarán de ser eso, dedos. Porque aunque haya nacido con dedos en la mano derecha y en la izquierda, entre todos no sumarán más.