


En la rutina de una pareja de años hay momentos excepcionales, y no sabes si la rutina (no mala, pero tediosa) es un factor de riesgo, o es como es y esos destellos son realidad o llamaradas. El desánimo llega y quisieras dejar todo, pero no puedes porque hay amor, y lo que molesta son esos detalles tan recurrentes que se vuelven tu cotidianidad. Ante la lucha interna, sabes que lo único que quieres es que te vean, realmente, que te escudriñen el alma con la mirada, sabiendo una vez más que eres el objeto, el deseo y el amor de aquel que amas. Y a veces para lograrlo sólo hay que dar y esperar.
¿Crees que nos perderemos en la infortunada realidad y nunca más podremos regresar a este insólito sueño?
Corro hacia ti cada día, extiendo mi mano y a veces te alcanzo, a veces te pierdo, pero sé que al final te escogeré otra vez.
Ojos tan familiares que al verlos desconozco. Busco unos nuevos que me persuadan, pero vuelvo hacia a ti, a encontrarme frente a ti rogando una sonrisa.
Tan cálida la despedida que me duele la soledad, y anhelo tanto verte, mas al verte no recuerdo el deseo.
Me infecta el pensamiento de perderte, y me ahoga la idea de seguir.
El sueño es un sosiego, una casualidad intencionada para no sentirme derrotada. Una pausa, un aliento.
¡Sólo un impulso más de fe para seguir, pues lo he visto!, sí, hace tiempo lo he visto. Y si no agito las aguas, la calma me llevará a encallar en la bahía anhelada y ahi te veré con la misma intención, cautivada tu mirada.
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Cuando ves a un ser querido ser arrastrado por la depresión, y bien sabes lo qué es. Y bien sabes lo que estás perdiendo.
En la rutina de una pareja de años hay momentos excepcionales, y no sabes si la rutina (no mala, pero tediosa) es un factor de riesgo, o es como es y esos destellos son realidad o llamaradas. El desánimo llega y quisieras dejar todo, pero no puedes porque hay amor, y lo que molesta son esos detalles tan recurrentes que se vuelven tu cotidianidad. Ante la lucha interna, sabes que lo único que quieres es que te vean, realmente, que te escudriñen el alma con la mirada, sabiendo una vez más que eres el objeto, el deseo y el amor de aquel que amas. Y a veces para lograrlo sólo hay que dar y esperar.
Esos sube y bajas emocionales que solo nos distraen un rato pero no ayudan en nada más que para cuestionar hasta lo más simple.
Recordando a una amiga que decidió irse hace algunos años, impulsada por el abandono emocional de su familia que la fue llevando por un camino de desdicha. No ha quedado rastro de ella. Una familia que quedó marcada por la pérdida del padre cuando ella tenía 4 años, siendo la hija más pequeña. Su madre, sus hermanos, parecieron borrarla de su memoria. Me duele que estuvo con nosotros, y su existencia pareciera la de un fantasma.
Qué dolor provoca la herida del ser que amas. No importa el tamaño de la intención o de la falta, como el dolor, no saber digerirlo. Lo peor, perder la esperanza, aunque sea por un momento, es como un veneno. Perder esa mirada que te elevaba.
Pequeña descripción de la sensación de sentirse atada, enamorada, Sabiéndose dependiente de sentirse correspondida; esos momentos molestos en los que te quitan la mirada y a la vez te atraen a buscar más. Primer texto escrito por frases, al notar que se facilita la lectura aunque no sea un poema, no es riguroso verso.