


Oda al mítico árbol de la isla del Hierro
En pie durante siglos estuvo,
Guardado su más fiel secreto,
Que a los isleños siempre mantuvo,
A salvo del feroz clima al acecho.
Erguido capturó de la bruma,
Las gotas de rocío más puras.
Paciente recogiendo la suma,
Que guardaba en su honda negrura.
En lo más alto de la isla agraciada,
Una Ley sobre él se dictó.
Que prohibía desvelar su morada,
Ya sus habitantes guardianes se les nombró.
Encontrarlo muchos viajeros quisieron,
Anhelando el agua más pura.
Sólo piedras proyectadas obtuvieron,
Lanzadas para enmendar dicha locura.
Una Tempestad maldita arrancó,
Su enorme tronco longevo,
Y tristeza inaudita provocó,
En unos isleños que perdían su credo.
Alto, bello, fuerte y protector,
No fue lo único que llegó a ser.
De veranos ardientes fue salvador,
Y de los herreños, la leyenda “GAROÉ”.
y comenta
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Muchas gracias Isabel. Las más bellas historias se componen de elementos, o seres vivos, tan simples y extraordinarios como un árbol. Vaya como homenaje a los canarios que escriben por aquí. Es un placer volver a saludarte.
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Relato humorístico del recorrido rutinario de cualquier ser humano.


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Amante escritor de poesía y relatos cortos, con una novela terminada y varias en ciernes. grancanario, isleño, y si me apuran, aborigen de mi tierra.