


Observar la vida.
Caminaba errante por la vereda del sol. Sus pasos vacilantes por momentos parecían detenerse, como si la suave brisa tuviese más fuerza que su voluntad.
Yo seguía su camino de cerca, como si fuese su sombra. Tenía miedo que le pasara algo.
Después de todo debía cuidarla. Era casi como mi obligación. Yo era su sombra.
Muchas veces hablamos sin parar sobre lo que sentíamos o sufríamos, otras pocas, sobre lo que nos hacía felices. Nuestros mayores secretos convivían con nosotras sin espantarnos, después de todo es la vida, solíamos decirnos.
En cuánta oportunidad teníamos nos gustaba la soledad de a dos, ella a mi lado y yo al suyo, sin mediar palabras, solo la orilla de un río, una plaza, el sol en la cara y los sonidos de la naturaleza bastaban para mejorar el ánimo.
Otras, era como estar solas, cada una en lo suyo manteniéndo distancia. Cuando pasabamos tiempo sin vernos no nos extrañabamos, ya sabíamos que en cualquier momento la vida volvería a juntarnos. Imposible separar nuestro destino.
Hace unos días, cuando la ví reaparecer me provocó asombro.No la esperaba.No era un buen momento para encontrarnos. Sin embargo allí estaba, instalada, caminando dos pasos adelante mio sin siquiera pestañar.
Confieso que me provocó enojo encontrarla, tan inoportuna y descarrada, así como así, en medio de mi vida alocada, tener que dedicarle tiempo.
Y aquí estoy ahora.Sin saber que hacer, para que esa imagen semejante a mí, que se desdobla de mi alma, entienda que no es buena ocasión para tener miedo, que entienda que no puede abatirse justo ahora. Para que deje de adelantarse a mis angustias o a mis ganas y frene de querer apartarse de mi para hacer de esta que soy una persona incompleta.
Cómo le explico a esa que un día fuí que no debe de perder las ganas, las fuerzas.
Cómo le digo que confie en el destino, que aún hay mucho por delante. Que otros esperan de ella más de lo que imagino.
Cómo hago para que Dios me explique así, directo a mi cara, qué es lo que espera de mí cuando siento que yo ya lo dí todo y no tengo más fuerzas.
Si el sol brilla y pega en mi rostro justo en este instante.
Si mis hijos preguntan que va a cocinar mamá esta noche.
Si se espera de mi más de lo que yo creo poder dar.
Si por momentos lo único que quiero es que me abrazes en este instante, y con un beso seques estas lágrimas.
Y tal vez, solo entonces, esa que va ahí delante de mí, retroceda, vuelva a ese cofrecito del que nunca debió salir por tiempo largo, y me deje disfrutar de este día, de este sol, de este amor a destiempo, y pueda recuperar las ganas de seguir adelante, aunque sea un trecho más, hasta la proxima tristeza....
y comenta
-
Gracias a todos por leerme y comentar. Estoy recuperando viejos textos con ayuda de un amigo, al que aprovechó a darle infinitas gracias.Barbaras líneas llenas de sentimientoAmor a destiempo, lo disfrute. Saludos amiga Luna.Muy emotivo Luna, has escogido y ubicado muy bien las palabras. Me gustó muchoMaravilloso escrito Luna.