


tengo tanto amor por dar, tanta felicidad por compartir. / he aquí mi voz, fuerte para este canto
Habré leído tantos libros…
Descansaran tantos en estos estantes…
Y solo con mirar los ojos de las criaturas,
Los negros ojos profundos como el alma de los perros, las vacas y las aves,
Me pierdo en la decepción y la alegría de cuanto queda.
Queda un gran libro, nacido bajo el árbol primero.
Queda el altar, humilde y perdido
En el que descansa esa alma que ama cuanto el fuego hace arder.
Quedan los pasos hasta el horizonte, hasta el océano y su fondo.
Quedan las voces de los olvidados y los muertos retumbando en los bosques,
De árbol en árbol como las telarañas
Quedan las voces de los que fueron gritándose en silencio en imposibles nubes
Entre los que ahora quedan.
Queda, cristalino y lejano (a la vez que interno) el amor infinito como una sonrisa al sol
Que depositar en las almas vírgenes por nacer en los cuerpos que andan y corren y saltan hasta el infinito por este mundo abierto.
Los cuerpos y su interna esencia corren y se da prisa a escala
Por cruzar los caminos frondosos entre las briznas de hierba vivas y por muertas (por nacer otra vez)
Y llegar con ello al altar hecho de manos en la niebla, interno y cálido
De sangre y fuego
Donde descansa tanto amor por dar.
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Rescatado del fondo del baúl. No se si es bueno o no. Solo se que es de un momento extraño, turbulento y que casi desaparezco. Entonces, escribir significaba seguir o morir. Escribir era la diosa que amansaba las aguas y las agitaba en el alma.
Se me hace raro escribir tras tanto tiempo... Como explicarlo... creo que cada cual puede crear su dios, hacerlo real y hacer que trascienda... todo depende de tu propia fe. Pero este texto no va de eso, al menos no al 100%. Esto es la fuerza de la naturaleza, una de sus caras, arraigada en el corazón hasta poderla tallar en la música. https://www.youtube.com/watch?v=MHtDCRH_4Pg
he desaparecido y no dudo volver a hacerlo. escribir a veces es tan dificil y a veces tan esporádico... siempre todo acaba en aquella última frontera...
Poema reescrito con la métrica del haiku. Aquí el enlace del original: http://www.tusrelatos.com/relatos/buda-de-piedra
Síndrome de Stendhal: http://www.pixfan.com/wp-content/uploads/2010/01/paris_inonde1910-ruejacob.jpg
Debora llamó al timbre. Al descolgar, su voz era intermitente, quebrada. “Ábreme porfavor” dijo sollozante. No supe que contestar. Lo primero que se me pasó por la cabeza es que la estaban siguiendo. No pregunté “sube, rápido”.