


HOJAS AL VIENTO
Hechas todas las cuentas, sumando, restando, dividiendo y multiplicando qué por no sé qué, llegamos a la conclusión que, finalmente y después de todo, solamente nos resta quedar esperando, impotentes, dueños de nada y con derecho a nada. Nada de nada.
Sencillo, muy simple: así es nuestro efímero y aturdidor viaje por estas tierras, mares, días, años.
A veces, sumergidos en idiotas y nada edificantes meditaciones, me pregunto cómo deben percibir la vida los animales, los insectos, las otras vidas que nos rodean. Leí, en algún lugar, que los elefantes, y también los monos, son capaces de reconocer sus imágenes en un espejo. Parece que uno de ellos, en un acto de vanidad animal, analizó detenidamente su perfil izquierdo que tenía un defecto cualquiera. Entonces, esos bichos curiosos no pasan tan así como así por el mundo.
Una mariposa, por ejemplo, ¿cómo percibe el mundo? Una minúscula hormiga, ¿cómo se relaciona con el universo?, ¿cómo se entiende y entiende lo que la rodea?,
Nosotros, en nuestra plena ilusión de conciencia de todo, poseedores de todos los sentidos que, aparentemente, nos colocan en contacto con todo, descubrimos que, en realidad, no sabemos nada de nada. Somos hojas caídas que las aguas de una lloviznita cualquiera arrastran, que ráfagas de una brisa suave llevan de aquí para allá, por puro placer.
y comenta
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Me encantó e incluso emocionó leerlo! 'descubrimos que, en realidad, no sabemos nada de nada.'Perderse en lo insignificante es el gran defecto y la gran alegría del ser humano, a veces esto nos hace más débiles, quizás realmente no sabemos nada de nada, pero eso nos tiene que hacer entender que muchos seres vivos no son solo criaturas, la experiencia de la vida no puede pasar desapercibida a nadie ni nada.Bien, puedo aprender leyendote.Excelente, me gustó muchoMe gustó. En pocas palabras lo has dicho todo. Saludos.Buenísima reflexión Carlos. Mucho tiempo sin leer tus textos, espero ahora no pase tanto. Un abrazoGran reflexión, bien narradaQue bueno volver a leerte, Carlos. Ha sido una interesante reflexión, un placer leerte.¡Hombre Carlos, cuánto tiempo sin verte! Me alegro que estés de nuevo aquí. Ciertamente, lo que a muchos les pasa es que viven en la vanidad que es puro humo, porque a la Naturaleza le importa bien poco nuestros anhelos. Y en la misma Naturaleza, hay muchas formas de ver la vida, sobre todo en el reino animal. Lo mejor que podemos hacer es seguir aprendiendo en la vida, porque no existe la última palabra en nada.Es un placer leerte, amigo Carlos Higgie, saludos!!!!
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Idiomas, culturas, sentimientos, costumbres, se mezclan en la frontera Uruguay- Brasil. Allí, las palabras adquieren otra dimensión.