


Se describe una convivencia tierna, hermosa , la que la fue muy especial.
Desde que lo vi, me impresionaron sus azules ojos, de mirada terriblemente felina. Entre más lo miraba, sostenía la mía, como si me pertenecía. Interpretaba …" tú eres mía”. Al principio le tenía temor, celoso y territorial. Nadie me visitaba, él amenazaba con su mirada a quien se me acercara. La relación se puso compleja, al comienzo, me esquivaba o me mordía, como una fiera y después todo cambió, me llegó a aceptar, hasta el colmo de reposar su cabeza sobre mis pies, tocándolos con su boca húmeda, como una reverencia. Y no he vuelto a sentir esa zalamería, ese mimo, ni a ver, fueron mis tiempos ¡vivos!. Era mi compañero...El que me esperaba parado en la ventana o sorprendiéndome detrás de la puerta. El que, en el almuerzo, rozaba su piel con la mía, como recalcándome “tú eres mía”. Yo agradecía ese gesto de posesión y acompañamiento. Tuvimos cinco años de convivencia. Él me acariciaba los pies, yo lo abrazaba como a un niño. Muchas veces se durmió en mi regazo, como un bebé recién nacido. Tuvimos buenos y bonitos días, pero un siete de noviembre, amaneció con los ojos vidriosos, desorbitados, adolorido...Lo llevé a la clínica, allí me dijeron que había colapsado por una afección renal. No pude evitar una intervención quirúrgica, aunque no la deseaba, pero, quería que, de cualquier forma, sobreviviera. Lloré… como enloquecida, mi amiga Nelly, estuvo todo el tiempo conmigo en esa travesía, de angustia, de dolor, porque no me aseguraban, que viviera... hasta le pedí a la Providencia que no me lo arrebatara, él era parte de mi vida...Volvió al hogar, convaleciendose , pero, después, siguió enfermo. Yo me agotaba entre sondas e inyecciones, cada seis horas, con antibióticos y comida especial, pero lo hacía con complacencia y con el amor que le ofrecía. Se levantaba a ratos, caminaba, siempre a mi lado, aunque con aflicción, seguía mirándome y humedeciendo mis pies, con su boquita. Y como la vida te trae misterios, un 19 de diciembre se quedó eternamente dormido, un día antes de mi cumpleaños, como para no echarme a perder alguna celebración futura. Ese día vinieron mis amigas, a ayudarme en su despedida. Trajeron mantas para él y para mí, flores...y tomando café, me daban consuelo. Le cubrí su cuerpo, lo abracé, como si estuviera despierto y le di el último beso.
Salimos como a la 1:00 pm para sepultarlo, acompañaron mis amigas, a una hacienda, donde existen muchos árboles. Allí debajo de un árbol frondoso de mango, lo enterré, hice un hueco, lo frisé con cemento, yo misma y cuando se secó, allí lo acosté. Así quedó mi último compañero: Mi Peluso, mi gato siamés, al que amé y nunca sustituí, aunque las recomendaciones, lo sugerían, como especie de compensación, no la necesité. Jamás será igual, cuando los criterios de “mascota” se cambian para ser un “familiar”.
En homenaje a mi Peluso, hoy, 20 de febrero “Día Internacional del gato”.
La única especie animal, que tiene tres fechas de celebración, hoy, en recordatorio a la muerte del gato Socks Clinton, mascota del ex presidente Bill Clinton, que murió el 20.02.2009, el 8 de agosto, decretado por el Fondo Internacional para el bienestar Animal (IFAW) y el 29 de octubre, en estas fechas la “gatomanía” se impone.
Ana Sabrina Pirela Paz
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Francesc, saludos...al principio no se portaba bien, me mordía, me esquivaba, solo me aceptaba cuando quería comida, pero después todo cambió: posesivo, celoso y engreído. Lo amé mucho con demasiado, hasta el punto de extrañarlo. Fue un gentil compañero. Gracias por tú apreciación.Ya imaginé desde un principio que ea tu gato siamés. Pero niña, cuánto aectto y cariño sentías por él. Y que mgnífica sensibilidad tienes para con los seres vivos. Mucha gente quisiera tener esta msma senibilidad que te da vida. Claro que ésta también te puede hacer sufrir, porque te hace vivir con gran intensidad. ¿Se portaba bien tu gato? Por cierto, se han visto psicoimágenes de mascotas que están en otra dimensión, lo cual nos da a entender que la Naturaleza no desperdicia nada.Ramón..¡ que casualidad¡ recién publiqué una historia, que la viví hace como dos semanas, donde un joven consiguió un zorzal y lo sana...Si tienes tiempo, te invito a leerla," En los Bosques de Palermo". Gracias por la "visita".Ana, hiciste recordar mi infancia, tenía un perrito y lloré el día que lo envenenaron, pero después llene el vacío con pajarito herido en una ala que encontré en un parque y lo llevé a casa para curar sus heridas. Celebro tu amor a los animales, SaludosAgradecida Pedro por tú visita. Un saludo afectuoso llegue a tí.Lindo homenaje. Se llegan a querer mucho esos animalitos.Nuevamente agradezco a Ustedes: eleachege, Gamusino y a Serendipity, por sus gentiles comentarios y consecuencia. Saludos afectuosos.Me parece una encantadora forma de recordar, casi puedo imaginar las escenas que has seleccionado, entre las muchas que debes guardar. Un abrazo, Ana Sabrina.Me gusto el final sorpresa después de llevarnos por dónde querías. Salud estimada AnaUna hermosa y conmovedora historia para homenajear a alguien tan especial, cuando forma parte de nuestras vidas. Un afectuoso saludo para tí, Ana
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Soy una aficionada a todo género del arte y me apasiona la escritura, la desarrollo como parte de mi actividad diaria. El cuento, el relato y la poesía libre me fascinan, como una manera de expresión, que la combino con mis actividades profesionales como abogada.