


Hoy volveré a esperar tu mensaje...
Hoy volveré a esperar tu mensaje, a esperar que tu voz encuentre mi alma.
Hoy aunque te parezca un poco pronto, o quizás y tarde, volveré a reecontrarme con el yo que te llevaste en la piel, volveré a salir a cantar al viento esperanzado de que el destino encuentre mi voz y la lleve a tus oidos, hoy volveré a esperarte desde éste lado del mar, aunque el destino depare fuertes tormentas o lluvias calmadas, sé que volveré a ver tus trazos por la misma esquina que un día te vi partir, no sé que esperanzas guardo, o como te imagino, se me dificulta el aire y las piernas ya me tiemblan, ya no soy el mismo jovencito que te despidió en éste mismo muelle, pero si es el mismo el deseo ardiente de volver a verte llegar, el mar no te ha tragado, ni la sal del desierto ha hecho desastres en tu piel blanda, lo sé porque de una u otra manera sigo escuchando como el corazón te late y salpican las olas como la tarde esa que te fuiste para no querer volver nunca más. Hoy volveré a sentarme en la arena, pero ésta vez ya no estaré solo, te esperaré disimuladamente, seré cauteloso con mis movimientos, con el rabito del ojo mirare al alba y el corazón temblará de nuevo al ver llegar las razones que tenía para no querer dejarte ir, para no querer dejarte que huyas. Hoy ya estoy mucho más viejo, mi voz ya no es la misma y el cabello ya lo tengo plateado, pero el corazón no envejece y la fuerza que lo mueve no cesa, es tan fuerte que hoy volverá a abrazar tu ausencia y dudo mucho que se quebrante ésta tarde. Mantente fuerte, y viva, te escribiré pronto de nuevo, si acaso no has llegado. Hoy volveré a esperar tu paz, me aseguraré de estar tranquilo cuando llegues.
y comenta
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Hola Andrés, primero, gracias por tu comentario.Muchas emociones y sentimientos encerrados en un mismo relato,tienes mucho que contar,sigue poniendo el alma en cada historia, que como en el relato el corazón siempre perdura y es lo que queda intacto. Saludos.
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Intentas hacer tu propio camino, pasear tus propias veredas, pero no cuentas con el hecho de que soy más parte de ti, que mucha de tu sangre...
Serán tus noches, y tus días una línea de recuerdos que te llevaran de nuevo a casa.
Ahora sabes lo que es morir, pero sigues teniendo el deseo de querer repetirlo.