


Ellos, utilizaron el nombre de Dios para ejercer su poder. Él, nunca estuvo de su parte.
El rostro desencajado del reo, se confundía entre las llameantes sombras de los candelabros que iluminaban el vaporoso ambiente de la gran sala de torturas. A su lado, el Inquisidor General clavaba sus cetrinos ojos en el hereje, buscando una confesión que no alargase más el proceso. Mientras, en la plaza central de la ciudad amurallada, la hoguera purificadora de almas esperaba lista para ser encendida.
y comenta
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Muy muy bueno, pero le falta el final!!Sencillo, concreto, sin secretos ni misterios. Gusté leerte. Shalom amigazoMuchos se han sometido a tortura o, incluso, han sacrificado su vida para defender lo que conocían por justicia. <<Siempre es mejor padecer una injusticia que cometerla>> (no es literal la cita de Sócrates) Pero, bueno, los grandes crímenes de la historia siempre han ido de la mano con la ignorancia, imagino que como historiador estarás al tanto (sería interesante hacer el análisis de cómo hoy en día se siguen repitiendo errores que se creían resueltos) Me ha gustado, este relato de una manera corta ha enviado el mensaje. Un saludo.
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280 historias a vuestra disposición. Espero que podáis disfrutar viajando por mi pequeño universo.


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Licenciado en historia. A veces, me visitan las musas y escribo lo que mi mente dibuja. Hago mía la máxima de Juvenal: "Mens sana in corpore sano". Solo quiero que me lean.