Sinopsis

A cada cerdo le llega su san benito

El coche se detuvo a las puertas de número 52.
-Ya sabes lo que tienes que hacer, verdad?-dijo el conductor mirándola fijamente.
-sí , descuida….-no podía sostener su mirada y se dedicaba a intentar alisar la parte inferior de su falda.

Abrió la puerta del automóvil y bajó sin mirar atrás. Anochecía, esta seria la primera noche del año con luna llena. Subió los dos pisos del edificio donde vivía rápidamente. Nunca usaba el ascensor , se sentía frágil y sola en esa caja de metal.
Cuando llegó a su puerta, abrió su bolso y buscó las llaves con manos temblorosas. Pero alguien se le adelantó.

-Llegas tarde-dijo pedro, su marido.
Ella imaginándose lo que venía a continuación , entró sin saludar y se fue hacia la cocina.

-Quien era ese que te ha traído?
-En ese instante Lorena supo que empezaría una vez más.
-contesta!!!-exclamó pedro dándole tal bofetón , que casi la tira al suelo.
A Lorena este golpe no le dolió. Ya casi estaba acostumbrada a las palizas inclementes de su marido.
Hasta que la muerte nos separe .Dios mío que infeliz era.

-Tú eres mía , te enteras !! sólo mía!!!-pedro levantó la mano para aplicarle otro soberano puñetazo….pero nunca llegó a bajar.
-jajajajajajaja….

Pedro no podía creer lo que estaban viendo sus ojos. Ante él , lo que antes había sido su mujer , se convulsionaba y se estremecía presa de una increíble transformación.
La cocina era un auténtico espectáculo. Pedro con cara de estupefacción y con un brazo en el aire, quieto como si su tiempo se hubiera detenido. Y Lorena…
Se le caía el pelo de la cabeza a un ritmo preocupante. Preocupante si no estuviera creciendo hasta casi tocar el techo de la cocina. Había desgarrado su ropa , dejando sus vergüenzas al aire. Sus extremidades parecían poseídas por el mismísimo diablo , incluso le estaban creciendo uñas largas , semejantes a garras. La mandíbula se le desencajó hasta adoptar lo que parecía una figura seudo-egipcia. Para rematar la sinrazón que veía pedro , Lorena se vio cubierta por un espeso manto de pelo oscuro y se puso a aullar a ese disco blanco como la leche que añoraba como nada en él mundo. La luna.
Su mujer es un licántropo.
Lorena se giró , agarró a su marido por ambos brazos y ejerció presión en sentido contrario. La sangre brotó descontroladamente sobre el parqué. Al verse con las extremidades de su marido entre sus garras , a la bestia que era Lorena , no se le ocurrió otra cosa que atravesar a su marido con una , usándola cual lanza medieval, y comerse a dentelladas la otra. Pedro se desvanecía en el suelo cuando Lorena le cogió la cabeza y se la arrancó , la separó de su tronco , quitándole así la vida. Una vida llena de rencor y maldad para quien , se suponía , mas quería en este mundo.

A la mañana siguiente Lorena despertó en el suelo de su habitación, junto a su cama. Estaba completamente desnuda y le dolía la cabeza una barbaridad.
Pensó en bajar a la cocina para tomarse un analgésico contra el dolor.

Cuando entró en la cocina y vio lo que quedaba de su marido y la nueva decoración , a base de un tono granate que cubría todo el espacio posible , recordó…

-Dios mío!!! ….. qué he hecho!!! Qué he hecho!!!!