


aprender a oír el silencio dentro del sonido, a no contaminarnos con ruido, nos hemos acostumbrado tanto a esa antigua música que ya no la escuchamos
Decía Pitágoras que los planetas al girar producían sonidos
en una especie de escala armónica
él lo llamaba la música de las esferas
y que esa música se desvanece en nuestro oído
según nos hacemos mayores
Pienso ahora en la eternidad de los sonidos, en ese estar siempre al otro lado
No es el tiempo el que pasa
somos nosotros que vamos expulsando esa melodía
vamos dejándola escapar entre los dedos
Por eso el ritmo de vivir se transforma
cuando con los brazos abiertos miramos el cielo y su mecánica celeste
donde acudimos cada vez que queremos encontrar algo
de repente la forma del silencio es la música misma
se diría que la contiene
Sonidos, acordes, arpegios que nos esperan
que tras tantos años siguen estando en el aire
Qué raro es todo esto y qué turbia es la memoria
el corazón siempre en alerta buscando sensaciones
y un buen día percibes una música
que te resulta familiar, que no sabes muy bien dónde la oíste
sin advertir que la vienes escuchando desde que naciste
Si te paras a pensarlo un segundo
los sonidos tienen la costumbre de transportarnos a otro tiempo
Me veo a mi mismo caminando siempre hacia atrás, sin entender nada
simplemente porque un repentino escalofrío me dice
que se puede llegar a un lugar retrocediendo
Y esa antigua música se parece tanto a mi vida
y comenta
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Preciosa reflexión, ayer mismo visioné un vídeo sobre los sonidos que emite la tierra, relajante... como tu texto.Muy bonita y hermosa reflexión. La música que nos acompaña a lo largo de nuestra vida.enhorabuena un relato precioso. Te invito a leer mi relato El ilusionista, donde hablo también de la música. saludos


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Andar por los tejados, los relojes de arena, todo lo que se pueda sentir, si allí se siente.