


El sonido de aquella campanita, le erizaba la piel y mil sombras cruzaban su mente, zumbaba él "ding" y encogía su estomago, pues significaba que su ama la requería. Mientras caminaba por el largo pasillo, sentía la insignificancia en su máximo exponente como cuando en lo profundo del mar, observas tus piececitos sobre el océano oscuro y sientes tu fragilidad y el poder del abismo. Chillidos e improperios eran vertidos sobre ella, pues su supuesta demora, alteraba bastante a su señora, en su presencia solía ser muy hostil y agresiva, entre insultos le contó que había tenido un sueño muy gracioso, había soñado que era pequeña y que en una de sus manos sostenía un ratoncito, y en un momento dado una fuerza domino su ser y como un resorte apretó la mano hasta que crugio y pudo contemplar los ojos del roedor intentar salirse de las cuencas. Tras unas cuantas carcajadas se produjo un rictus en su cara y con un tono dogmático y de superioridad dijo que las ventanas estaban muy sucias, que sólo las estaba limpiando por dentro y que está vez quería que las limpiase por fuera. Las dos se miraron fijamente..... y una lagrima brotó de los tembloroso ojos de la criada. En el funeral, amigas de la señora la consolaban mientras la facilitaban tarjetas de limpiadoras filipinas, como sustituto o repuesto. De pronto la señora las miro y dijo no creeis que os estais precipitando?..... y todas se rieron al unisono. Que bien traido dijo una de ellas
y comenta
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Muy bueno, Og Sanz. Tienes mucho potencial.