


Recuerdos dolorosos
Llego a casa y tú no estás.
Recuerdos, promesas,
regalos del vacío a expensas
de escenas de tu muerte,,
imaginación pertubarda!
te huelo, no te veo,
cuento decenas,
abro los ojos,
hinchadas mis venas,
donde estás?
me recreo en mi dolor,
mi micenas es mi amor,
mi musa mi voz de autor,
ardor de inteligencia
obscena, de desgracia
mi vida llena.
Llego a casa y tú no estás.
Querer y no poder,
contentarme en mirarte
en la pared,
vuelo prematuro,
le atrapa la araña en su red;
un residuo sin futuro auguro,
y es que tu muerte yo aún lloro,
sumergido a mi suerte
en la burbuja de mi verdad
más no voy a salir de mi realidad.
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Segundo capítulo de esta intrigada historia. El joven periodista se ve envuelto en un asunto misterioso, y las cosas empiezan a descontrolarse. Hay que decir que no es un chico que tenga decisiones acertadas.
Siempre influenciamos en el estado anímico de las personas que nos quieren y admiran; tenemos que ir con mucho cuidado, pues nuestras actitudes y acciones hacia esas personas pueden cambiarles la vida, para bien o para mal, aún sin ni siquiera darnos cuenta. Esta es la carta de un chico hacia su hermano mayor, que partió sin previo aviso, dejando su casa sombría y melancólica, y las consecuencias que tuvo esta marcha para el hermano pequeño.