


Una más sobre arrepentimientos sordos.
Lamento todas las cosas que dije sin querer,
y aquellas cosas tan hermosas que tanto quise sin decir.
Lamento los silencios que atormentaron nuestro ser,
y las palabras agonizantes que calmaron nuestra sed.
Lamento el rumbo inaudito de todo lo perdido,
y el lúgubre recorrido que nos dejara heridos.
Lamento el tiempo que pasó sin poderlo disfrutar,
y el disfrute de las horas que terminaron por acabar.
Lamento las lágrimas que guardé para mí,
y las sonrisas tan ausentes que no pude compartir.
Lamento esta manía de encerrarme siempre así,
sin tregua ni excusa, sin trémula amargura.
Y lamento tanto, amor mío, ser una cobarde oportunista,
emprender siempre la marcha por no saber decir:
"yo te amo y quiero estar contigo",
y yo te amaba pero, amor mío, una vez más preferí estar conmigo.
y comenta
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Saludos HarperLT...el lamentó, esa emoción que se siente por lo que se deja de hacer o decir, o cuando se hace no fue el resultado deseado, ni fueron las palabras que quisieron ser pronunciadas. A todos nos pasa. Vigente poesía.Me ha encantado. FelicidadesReprimir un sentimiento no es saludable.
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Y callo, ¿sabes? No porque me falten respuestas que darte, sino porque prefiero el silencio educado que una oración infame e hiriente.
Colgué la llamada casi de manera involuntaria, pero resuelta a dejarlo ahí, al otro lado del teléfono. No puedo evitar pensar que la vida es así de confusa algunas veces, une a dos extraños para volverlos amigos y, quizá, para separarlos después.
Cariño, yo no sé decir la verdad, te llenaré de halagos y falsas promesas, que harán de tu vida una triste agonía, me mirarás a los ojos y temblando susurrarás: "te creí", mientras con media sonrisa te diré "lo sé"... Daré media vuelta y no me volverás a ver, porque hay quienes llegan para quedarse, y quienes llegamos para partir.
¿A quién engaño? No te he superado.
Siempre tan cerca y tan lejos, a la medida exacta, a la mitad precisa entre el "casi fuimos" y entre "el pudimos ser".