


¿Dónde está la luna?
El cielo, limpio de nubes, pasaba del añil al negro, y el disco reluciente de la luna se erguía sobre el horizonte, reflejándose, casi como en un espejo, en las increíblemente quietas aguas del mediterráneo. Padre e hija contemplaban la escena desde la torre del faro.
- Papá, ¿dónde está la luna? ¿En el cielo, o en el mar?
Su padre la miró con ternura. Inconscientemente recordó el momento, seis años atrás, en que su hija nacía, y su mujer, como si de un diabólico intercambio de vidas se tratara, dejaba de existir. Ella conocía el riesgo, pero lo aceptó. Él no. No recordaba sus palabras cuando hablaron de ello, pero sí sus ojos. Sin embargo, él no podía querer a quién le había quitado lo que más quería. Desde ese mismo faro, un par de días después, ayudado por el cálido viento de poniente,esparcía sus cenizas en el mar. Ahora todo había cambiado, y comprendía muchas cosas. Gracias al tesón de los abuelos, aquel bebé sin nombre se convirtió en Alicia. Y Alicia dio sentido a su vida. Y no había vuelto al faro desde entonces, pero ahora estaba allí, mirando el mismo mar y el mismo cielo. Y su hija quería saber dónde estaba la luna. Y él recordaba el mismo día seis años atrás. Y las cenizas al viento, entre el cielo y el mar. Y ¿dónde estaba ella?, se preguntaba él. Y la respuesta era la misma.
- La luna no está, ni en el cielo, ni en el mar, hija mía... Está en tus ojos.
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Muchas gracias Cristhian, me halagan tus palabras. Es el mejor de los regalos. Me alegro mucho que te haya gustado Un abrazoLlegue aquí por Ricardo Zamorano, ¡¡y no veas que relato!! Increible final, me alegra haber tenido la posibilidad de leer un relato como esteMuchas gracias por tu sincero comentario y tus observaciones Un abrazoMuy emocionante y con algunas pinceladas realmente lindas. Lo unico que te diria es que no uses tanto el "y", todos caemos en ese error, es simple ,pero te hace el relato menos denso,sobre todo en el final. Solo una critica constructiva. Pero el resto,hermoso y un cierre mas que bueno.Me ha conmovido esta pequeña historia en la que cuentas, con pocas palabras cómo la pequeña Alicia pasa de recordarle la muerte de su madre a dar sentido a su vida. La última frase es sencillamente brillante.Sin duda un relato estructurado para emocionar. Sencillo en la trama y en el lenguaje. El mérito está en el oficio y en la frase final que da carácter y habla de la sensibilidad del autor. Un abrazo.Precioso, Isidoro. Un final emotivo que te hace encariñarte con el personaje. Se puede sentir la escena en la carne. Buenísimo. Saludos.Gracias Joene. Si he transmitido esas sensaciones, he cumplido mi objetivo. Un saludoUna narrativa precisa que poco a poco va introduciéndose entre las vísceras hasta llegar al fondo, entonces viene el pellizco final y ¡zas! algo te tambalea dentro. Un placer, amigo.Gracias por tu comentario Alejandro. Soy un recién llegado a la web y veo que tengo muuuucho que leer
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Aquí os traigo un nuevo relato que, después de Tiburones, continúa las aventuras del oscuro Cruz Silveira. Género negro de lo más clásico


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Los relatos de Julio Verne, de Salgari, de Mark Twain, me mostraron el cielo. El arte, la historia, el cine, el cómic, me enseñaron a pilotar. La pluma, me permitió volar.