


Me nutro de mis desgracias,
que plasmadas en el papel,
encuentra en las palabras,
su eterna luna de miel.
No sé si estoy maldito,
o es mi afán de correr,
que siempre pierdo las flores,
sin poderlas recoger.
Y por una que me mira,
sin quererme evitar,
me enamoro de su aroma,
y la tengo que olvidar.
¡Que desdicha la mía!
Pues después de tantas penas,
que de esta flor bonita,
añoro ya sus poemas.
Y no es que sea,
por el color de la rosa;
es que en su interior esconde,
la más bella mariposa.
Adiós sirena,
que de tu canto hago vicio,
y de tus ojos, mi martirio;
más pensaré en los momentos,
que juntos hemos compartido.
(pues más vale un segundo,
que con fuego grabado queda;
que mil besos,
obligados a cumplir condena.)
y comenta
-
la he vuelto a leer,precioso poemaprecioso,quien fuera mariposa