


Se te escapó comentarle que ibas de visita al hospital, por tu hermana.
A él le sorprendió gratamente, pues por casualidades del destino tenía que ir, aunque acompañado por su familia.
No sabias si en realidad querías verle, o mejor dicho, si querías que el te viera a ti. El miedo a no gustarle y la excitación del momento en el que os encontrarais frente a frente, espoleaba tu corazón. Sembrada de dudas caminabas en un pequeño espacio del interminable pasillo, arriba y abajo, nerviosa, vigilando el lugar donde te había indicado que se encontraba.
Él también miraba continuamente su reloj y no hallaba una coartada entre trámite y trámite para poder escabullirse e ir a buscarte. Estabas tan cerca, y su deseo era tan grande que su sangre galopaba.
Le escribiste que quizás aquello no era una buena idea. Casi le da un ataque. No quería dejar pasar aquella oportunidad de verte, de reconocerte, después de tantas noches soñando, fantaseando, haciendo el amor contigo, mediante palabras y frases pasionales que se ocultan en las sombras, y a las que correspondías sin objeción.
Por fin, en la cola de espera, él tomó las riendas del destino y se excusó para ir al aseo. Apretó el paso sin mirar atrás y encaró el largo pasillo. Vacío los miedos, pasó de largo por la puerta de los lavabos y con pisada firme siguió caminando hacia ti. Te intuyó a lo lejos, pues no tenía ni idea de como te iba a reconocer. Tú a él sí lo reconocerías. Sólo debía mirarte a los ojos para alcanzar su destino.
Te quedaste quieta observando su llegada, su esperada llegada. Aminoró su paso. Se lo agradeciste, pues parecía que iba a arrollarte. Luego se detuvo a un metro de ti, parecía hechizado por tu visión.
Le saludaste con un "hola" sin sonrisa. Te miró callado y emocionado. Ante su pasividad te ofreciste a darle la bienvenida con dos besos, a lo que accedió y se acercó a ti. Después de ello te preguntó una trivialidad y lo viste cohibido por no haber podido tener el tipo de cita deseada contigo.
No hubo tiempo para mucho más. Obligado por las circunstancias pero agradecido por tu disposición tuvo que despedirse. Te ocultó su pena, su temor, sus ganas de abrazarte, de besarte apasionadamente.
Huias. Te alcanzó pasando un brazo por los hombros y reteniéndote por la espalda. Te robó dos besos más. Esa vez más cálidos y entregados. Luego ya te dejó volar. Él dió media vuelta y volvió sobre sus pasos.
Al salir a la calle pensabas en él, relajada, conocedora de tus limitaciones, con la única lamentación de no haber podido ir más lejos. Leíste en su mirada que le habías gustado. A ti te había encantado.
Sonrisas en boca. Sueños alcanzados. Almas que se encuentran, aunque sea un mísero minuto, aunque después deban regresar a sus respectivos mundos, esperanzados con un próximo quizás sin prisas.
Desde aquella noche comenzaste a dormir, felizmente abrazada a su recuerdo.
y comenta
-
Muy bueno, Gamusino. Me encantó el modo en que enfocaste el contacto entre la utopía y la realidad, cuya frontera, cuando se traspasa, es tan propicia a los desencantos. En este caso no hubo tal desencanto, aunque sí la frustración que genera la imposibilidad de que un sueño se materialice en el siempre complicado ámbito de la realidad. Me gustó muchoY a mí... querida. Tu también eres un encanto. Besos.... SiempreEspero Ilustre que algún día nos cuentes el siguiente encuentro. Me da la intuición de que has vivido algo parecido. Siempre escribimos sobre lo que conocemos, real o imaginariamente, verdad? Dejo para el final confesarte que yo también he pasado por algo parecido. Ah... me ha EN-CAN- TA-DO. ❤️A veces querida Seren el caprichoso destino nos sorprende con su gracia. Cuando eso ocurre hay que continuar yendo a por todas creo yo. Carpe... bú, que importa el dónde, el cuando o el como, importa el quién. Gracias por pasarte a leer. Jovato, ganas? siempre. Gracias Mario, son instantes que se ganan y perduran. Abrazos a todos y besos a toda.Hola gamusino, muy bueno. Instantes que se pierden como lágrimas en la lluvia. Un saludoamores virtuales..... siempre hay ganas de que se conviertan en reales.....¿Se conocieron por Tinder? ¿Badoo? ¿Meetic? ¿Es un caso real? Jajaja.. está bien la historia. ¿cuántas de éstas habrán ocurrido? O parecidasEstamos en manos del destino, juega con las personas. Un encuentro inesperado y oportuno, un minuto regalado y aprovechado. Un beso, querido musi.


-
72
-
4.54
-
167
No penseis que mis dedos valen más que cualquiera de los vuestros. Grito a los vientos que si por vos pierdo la razón mis dedos dejarán de ser eso, dedos. Porque aunque haya nacido con dedos en la mano derecha y en la izquierda, entre todos no sumarán más.