


Tomó el tenedor y el cuchillo con una delicadeza envidiable, era casi un cirujano preparándose para extirpar un tumor. Miró su plato como para cerciorarse que se cumplía a cabalidad lo que había pedido, y respiró profundo para permitir que el aroma le amplíe aún más su apetito. Colocado el tenedor en posición de manera tal que la carne no se deslice a través del plato, comienza a cortar un trozo de no más de 1cm, que se lleva a la boca luego de rebozarlo con los mismos líquidos producto de una cocción tres cuartos. Después de unos segundos masticando y luego de tragar, levantó la mirada, movió la cabeza en signo de desaprobación y reprochó a los guardias el corte elegido. Para él, la carne humana no tenía competencia y, lamentablemente, ya no podría degustar más tal manjar de los dioses, luego de cumplir, en unas horas, su condena mortal.
y comenta
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Ser Juez .Mata el personaje y a la vez lo matan a él...Apabulla y produce espanto algún aspecto del ser humano.La antropofagia tratada con un toque de elegancia. Bien narrado. Seguramente, el doctor Annibal Lecter aplaudiría con entusiasmo.
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Además de leer la historia puedes buscar 18 canciones de los Beatles escondidas entremedio del relato.