


Algo raro.
El me dijo que era mala y que no sabía cocinar.
–No tienes nada de lo que evoca tu nombre celestial– reclamó
–¿Acaso tengo cara de demonio?– pregunté inocente cuando me miró y luego añadí: No es posible eso mi caballero, si yo provengo de un lugar más claro que tus ojos.
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Fue una noche de sábado de un mes que todavía no se específica, en el que dos almas joviales se encontraron cara a cara en la pista de baile.
Mini guiones entre dos personajes misteriosos. Lee mi primer "Mi caballero" si te interesa.