


MI PRIMERA COMUNION
Históricos |
13.04.08
Sinopsis
Cuando hice la comunión mis abuelas decían que estaba guapísimo pero yo me sentía ridículo además de agobiado con mi traje de marinero. Mi padre me hacía fotos. Mi madre no paraba de arreglarme la ropa, soy un desastre en esto del vestir, no puedo remediarlo. Mi hermano no dejaba de incordiarme, como siempre. Para colmo, me habían elegido para la lectura del evangelio. Estaba nervioso. No me gusta leer en público pero como era el que tenía mejor entonación según mi profesora pues a la tarima. Nos confesamos el día anterior y el cura nos aseguró que tendríamos un nuevo sentimiento al recibir la hostia consagrada, al recibir el cuerpo de Cristo, empezaríamos una nueva vida.
Aquella misma noche oí discutir a mis padres acaloradamente. No se llevaban muy bien pero sabían disimularlo o yo no quería enterarme. Opto por la segunda opción. La infancia es sabia, evita en lo posible cualquier problema y yo era un niño con apenas ocho años pensando en los regalos del día siguiente.
En la iglesia cerré los ojos y abrí la boca para tomar la hostia y deseé con todas mis fuerzas que la discusión hubiera sido un sueño, una pesadilla que se olvida con el paso de las horas pero cuando partí la tarta me fijé en la gran cantidad de maquillaje que se había puesto mi madre cuando nunca lo hacía, intentaba disimular un ojo morado. No duraron mucho, apenas unos meses.
Hace tiempo que solo veo a mi padre los fines de semana. No me gusta mi nueva vida. Ya no he vuelto a comulgar.
Aquella misma noche oí discutir a mis padres acaloradamente. No se llevaban muy bien pero sabían disimularlo o yo no quería enterarme. Opto por la segunda opción. La infancia es sabia, evita en lo posible cualquier problema y yo era un niño con apenas ocho años pensando en los regalos del día siguiente.
En la iglesia cerré los ojos y abrí la boca para tomar la hostia y deseé con todas mis fuerzas que la discusión hubiera sido un sueño, una pesadilla que se olvida con el paso de las horas pero cuando partí la tarta me fijé en la gran cantidad de maquillaje que se había puesto mi madre cuando nunca lo hacía, intentaba disimular un ojo morado. No duraron mucho, apenas unos meses.
Hace tiempo que solo veo a mi padre los fines de semana. No me gusta mi nueva vida. Ya no he vuelto a comulgar.
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Hola! He visto ke has comentado varias de mis publicaciones, solo decirte que espero ke la inspiracion perdure por mucho tiempo. un beso
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En un mundo donde no podemos estar sin móvil, donde pertenecemos a múltiples grupos, a veces, es necesario soñar para salir de la rutina.
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