


Sombra de almendro altivo
frente a una primavera erigida.
El sonido ausente
de una golondrina arrebatándonos el cielo
-De la luna de Mayo,
el espíritu hibernado despierta!
y una escueta brisa se abre paso
entre el rigor del ruido
en una urbe que muere con el día.
Vuelve del exilio
el mártir reflejo del mar
y los elementos indescriptibles de la vida
danzan con su vuelta.
Se sumerge un cuerpo solitario
entre humos que chirrían
tras un alba que no arria.
...
Hay algo mas profundo
que esa soledad infinita...
-Se pregunta quien es,
como sigue con vida.
La primavera le da de cara
mientras huye de sus propios latidos.
Una madreselva le escala siseante y sinuosa
y el viento le alcanza,
pues el fuego mudo
de un reflejo eterno
acantila en sus goznes.
El puente, punto eterno
entre mente y cuerpo
cae piedra a piedra
y lo arrastra a la nada
el siempre fluido río Olvido.
él se deja llevar
por este cielo inconforme
y a sus pies caen
los engranajes del cielo,
su ancla al suelo.
El cielo ahora gira
Dios de si mismo
y en sus manos arraiga
los tallos de esa flor...
su flor de grito oprimido,
su flor de grito esclavo...
Solo un grito insonoro y torturador en su silencio.
Inundan sus ojos
los rocios danzantes y dolientes en su verdad
de este cielo nocturno,
y tras sus pasos respiran
unas cenizas de pasado queridas,
con su fugitiva necesidad de ser olvidadas.
Pero no se olvida que anida en la insomne ciudad
un ruido eterno de fraguadas en contacto,
como el barranco eterno
del sueño de una golondrina,
como el punto muerto
en un cementerio de albas perdidas,
donde ya no hay marcha atras,
donde ya no consuelo ni despedida.
Asoma timida la luz
del reflejo de una luna en un charco de lágrimas
que atesoran una vida encarcelada.
Y tierno el astro
le da su abrazo materno a la noche,
a la frenética ciudad y a sus ruidos
y se adormecen tranquilos
entre espirales de estrellas
hasta el suelo fértil,
reposando en el suelo
lo divino de un pétalo caido
en un sueño insomne,
...
Posando en el suelo
lo más infinito del cielo.
y comenta
-
Excepto por el título, en inglés, el poema me ha encantado.
-
Bueno, esto es todo lo que queda cuando acaba el curso. Recoger los últimos libros que no cabían en la maleta y decir adiós.
Un muro que nos ciega... y decirle adiós a la vida, lentamente. Lo pongo en amor, porque es lo que el protagonista pierde, pero porque es lo que le falta desde siempre, y porque en el fondo, todo, todo trata de tenerle amor a la vida, pero bien podría estar entre realistas, reflexiones o incluso en terror, dependiendo de lo alto del muro.