


Es casi medianoche y empiezo a notar el manto aletargante de los efectos del Prozac aderezado con tres copas de whisky. Las teclas del piano del piso del entresuelo han dejado de sonar, abatidas por el sosiego de las últimas notas de una pieza de Berlioz. Quizás a Pablo, el del entresuelo, le haya doblegado la somnolencia que trae consigo el ocaso del día. O la botella de vino que tiene medio vacía sobre la mesa. Todo vale para combatir la gangrena de la noche. Ebrio de alcohol. Ya va para cinco años que su Tere le dejó. Cinco años vistiendo a las estrellas de luto. Cinco inviernos que nunca fueron primaveras. Y así pasa los días con sus noches. Contando minutos eternos. Cobrando los segundos hasta el ansiado reposo. Borracho de amor. Embriagado de pena. Otra anochecer más al historial del viejo viudo del entresuelo
Ana, la tímida chica del primero, debe de dormir hace ya un rato. Acunando sueños inalcanzables de príncipes sin corona bajo el raído edredón de su cama. Ensueños quiméricos de un bello hombre con un ramo de rosas ansiando su amor eterno, soñando con un beso que le de vida y refresque a sus flores marchitadas. La más ajada: su labio leporino. Esa errata en su cuerpo que jamás pidió. Boca acanalada por el castigo divino. Tan sólo la noche, con su negro vendaje tapa la herida de su estigma perenne. Otra noche más, ahogándose en susurros vacíos, escarbando entre las oscuras pendientes del silencio para desgarrar esta quietud que la mata día a día.
Y por supuesto yo. El del segundo. Anclado a un amor que partió para no volver jamás. Aferrado a una esperanza decolorada de un ilusorio regreso. Mentiras piadosas para seguir inhalando oxígeno mezclado con humo de tabaco que exhalan mis pulmones. Surco el polvo de la mesa con mi dedo escribiendo tu nombre. Paula. Diosa bajada a los ancestros de la mano de mi mejor amigo. Doble traición con sabor a ambrosía amarga. Perfidia acre que se clava como espinas en mis entrañas. Aquí sigo, detenido en el tiempo. Cuando tu amor me dejó sin un mañana. Porque nunca hubo un mañana. Jamás tuvimos presente. Y espero a que el Prozac me envuelva en el letargo, aligerando mi inútil transitar en esta áspera vida. Que me soliviante este desconsuelo infinito de mi duda eterna o me de la estocada final con el puñal del gran desengaño. Noches amargas. Crepúsculo con sabor a hiel de desencanto a la espera de desesperanzadas alboradas.
Empieza a llover. Oigo las gotas sonar a llanto de violines y el quejar de ese piano agonizante. De noche, la música se torna en lamento cotidiano, gimoteo anquilosado en gargantas sin voz, penetrando en nuestros deshilachados cuerpos y marchitas almas.
El viento penetra por las rendijas del desvencijado edificio y compone con sus silbidos una especie de canción de cuna. Una extraña melodía de blasfema belleza.
Una nana que vela por todos nosotros. Por Pablo, por Ana. Incluso por mí
Pero todo es en vano. Porque nuestros pasos no tienen camino. En ningún día. En ningún tiempo. Sin una dirección no hay inicio. No hay final.
Tan sólo queda esperar el eterno destino al lado de la soledad y el desamor.
Porque en la existencia del olvido, la existencia deja de existir.
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Seren, Ana, Miki...un auténtico placer que os haya gustado. Abrazos a los tres.Las carencias duelen, cierto. Pero somos los protagonistas de nuestros sueños, de nuestro destino, y si queremos podríamos cambiarlo, o al menos internarlo. Plasmas bien la tristeza y la soledad de las personas en la actualidad. Abrazo colegaPablo, Ana, el protagonista con el desamor de Paula...tres historias que narran un quehacer nocturno, pero muy humano, cuando afloran las emociones , quizás las más recónditas del ser....esperando destinos..." al lado de la soledad y el desamor"... Pedro...sigue viviendo, en la pluma, en el recuerdo del amor, aunque cause aflicción ... Ya lo dijo el poeta Pablo Neruda: "Nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida". Saludos.Pedro, no te quedas atrás. La nostalgia aflora con tus letras. "Porque en la existencia del olvido, la existencia deja de existir." Redundancia existencial. Saludos!