


No somos lo que quisiéramos ser.
La vida no para, no espera, no avisa. Al igual que el amor, que sin entender desde donde ha llegado, nos toma por sorpresa. Quien no lo sepa, ya lo aprenderá deprisa.
Y es que un año más, como todos los anteriores, el mundo se transforma. Desde el telégrafo hasta hoy, que el mundo vive comunicado gracias a Internet. La ciencia, la poesía, el arte e incluso la artesanía. Todo, absolutamente todo, se transforma. Pero, ¿y que hemos logrado con todo esto? La tecnología crea armas más devastadoras, la comunicación viene de la mano de su amiga “publicidad”, que a la vez misma crea el consumo. La codicia a envenenado las almas, ha levantado barreras de odio; El que lo tiene todo tiene aún más facilidades y el que no tiene nada se pudre antes en su miseria. Cada vez los ricos son más ricos y los pobres son aún más pobres. No somos más que una chispa en la edad del cielo.
Hemos progresado muy deprisa, pero estamos cavando nuestra propia tumba. Pensamos demasiado, y sentimos muy poco. Más que máquinas, necesitamos humanidad. Y es que precisamente, lo que más necesitamos es justamente de lo que más se carece, aquel que no entiende de fronteras ni color, aquel que, llena nuestro corazones en cualquier situación desesperada, si señores, estáis en lo cierto, estoy hablando del amor. El amor del cual carece la sociedad hacia lo desconocido, que en ved de acogerlo lo oprime con un odio generado por ellos mismos. Ese amor que te hace olvidarlo todo, que te hace sentir como uno más, ya que, verdaderamente, la tierra es nuestra casa y nosotros somos una hermandad que habita en ella. Nosotros, tenemos el poder; el poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad, el poder de hacer esta vida maravillosa y hermosa. Luchemos por el mundo de la razón, luchemos por un “Nuevo mundo”.
Nuevo Mundo
Calma, todo está en calma, deja que el beso dure, deja que el tiempo cure, deja que el alma, tenga la misma edad que la edad del cielo.
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-En una discoteca, cerca de los altavoces, ya pueden decirte que eres feísimo, que tú asientes con la cabeza y sonríes.
Alguna vez escuché que en la guerra solo unos cuantos pierden o ganan. En general, todos pierden.
Me encantaría que aportaseis cualquier sueño, por muy estúpido que sea, así también nos divertimos. Cuidaos y Feliz Año Nuevo.
Noviembre ha sido un mes lleno de sentimientos para mí. Démosle un adiós. “¿Puedes oírnos? Estamos tocando un Requiem para ti” Fue el comienzo de una noche de tormenta, feroz y empapada de sangre, pero de alguna manera triste por abrumadora mayoría.