


Versos cotidianos
Sospecho de las perlas
de sabiduría en 140 caracteres.
No tengo twitter ni whatsapp
y apenas si uso facebook
para el intercambio de mensajes
casi siempre intrascendentes.
Lo reconozco: tuve un blog.
Con tres míseras entradas,
un sólo comentario —ajeno—
y lo cierto es que muy poco más.
El móvil me sirve de despertador;
se trata de lo que hoy gusta
de llamarse un dumbphone,
y la mitad de las llamadas
ni siquiera las cojo.
Asumo orgulloso mi condición
de completo analfabeto digital.
Me declaro objetor de conciencia
ante el aquí y ahora
y el lo quiero para ayer.
Me consagro, en cambio,
con denuedo y disfrute equivalentes,
À la recherche du temps perdu.
A sus siete volúmenes y algún
que otro ruso: hoy Chéjov,
mañana quizá Dostoievski.
También a las películas de Ford,
a que me aficionó mi padre
cuando niño. Gracias.
Soy rara avis, en efecto.
Pero no pido que se pare
el mundo ni bajarme en marcha,
no soy tan ambicioso.
Sólo, si acaso, que se me deje
en paz. Vivir a mi aire,
sin molestar a nadie
más que a quien se sienta
especialmente predispuesto
a ello.
https://jironesdevida.blogspot.com/
y comenta
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Afortunados pues, los que te leemos, que hayas sucumbido a los encantos de esta web. Yo he salido de todas las redes sociales, sigo con mi blog, que tampoco lee nadie. Eso sí descubrí hace casi un año una plataforma de pago mensual 9€ donde tienes cientos de libros. Te la recomiendo Nubico. Tienes desde Delibes, Posteguillo, clasicos, novedades y en varios idiomas. Es genial, mi tiempo libre tiene ese destino.Gracias, Nubis. La suerte, como el tiempo, es de quienes los buscan. Nos leemos.Bien dicho. No estás solo, y no sabes la suerte y el tiempo que tienes.
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Un relato a caballo entre "[REC]" y "El quimérico inquilino" en las actuales circunstancias