


Amor, en estado puro.
La veleta gira silenciosamente en el viento," Mirlo negro, pájaro de hierro,
no des tantas vueltas que deshojaras los pétalos de los crisantemos, voy
a llevarle a mi esposo estas flores, que duerme en el cementerio".
Cantos de golondrina revolotean en el crepúsculo, en un aire dorado que sueña
la lejana redondez del mundo, y el gato, tranquilo y bien alimentado,
duerme sobre la hierbabuena del huerto.
La viuda pasa por las calles y ve los calabacines y las ciruelas amarillas que reposan
en las ventanas de las cocinas, se venden a dos monedas el kilo,y la vida sigue
haciendose como cada otoño en el pueblo. A pesar de la tristeza y la soledad,
que rebosan, derramandose en el el vaso de los años.
Un poniente tornasolado resplandece tras los árboles del cementerio,
y unas cuantas grullas, vuelan alejándose en el último azul del cielo.
Ella coloca los crisantemos sobre la tumba, como un amoroso y postrero tributo:
"Te quería antes de conocerte y dormía pensando en ti, cuando todavía éramos
muchachitos formando algarábia por las calles del pueblo. Un día se cumplió mi
ilusión y supe que tu también me querías. Recuerdo con nostalgia aquel verano de
racímos de oro en el que nos casamos.
Pasamos juntos toda una vida, y cuando te marchaste, seguí durmiendo cada noche
abrazando la almohada, como si tu habitases en ella, soñando que alguna vez
volverás a ser tu quien me abrazase.
Y la viuda dio sepultura a su marido en un nicho doble, sin tabiques, en un ancho ataúd
tan grande como una cama y encomendó a sus hijos: Cuando yo muera abrid el ataúd
de Padre y enterradme con él, que los siglos pasen sobre nosotros y descansemos en paz
bajo los días y las noches, que en el tiempo mezcle el polvo de nuestros huesos,
y nuestras almas se abrazen allí arriba, en lo eterno.
Así en las madrugadas, cuando salgáis al balcón y miréis las estrellas del cielo, sabréis
que en alguna de esas luminosas nieblas, nosotros estaremos allí
queriéndonos, queriéndoos...
Para Siempre.
de mi libro "Santuarios del crepúsculo"
NS:1246584790649/2004 N.EXP:49434894386733/2004
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y comenta
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Tifón, lisa pérez, wonderboy, naomi33, y compañia así no, dejad de acosar a los escritores si ni siquiera sabéis escribir y dudo que leer más de lo que os dieron en preescolar. Los antitrolls estamos actuando contra gentuza como lo que sois.Athenea, Survivor , Ketherine, Yasmina, Spider...Así no.Gracias por tu propuesta pero no tengo ninguna intención de continuar este poema ya que da final a un libro que ya esta registrado y editado.Sin embargo valoro mucho tu prosa.Mis más cordiales saludos.Un sueño dorado y anaranjado, rosado, lleno de luz, que me recuerda a todos los ocasos del mundo y a la vida rural en todo su esplendor. Un amor como los de antes.Gracias Maga, Gracias Eduardo,este relato lo inspirado en los atadeceres junto al cementerio en el pueblo donde a veces pasaba las vacaciones y veía a las viudas visitar a sus muertos,por lo que respecta alo que ha escrito Umbrio no he leído ese fragmento que cita jamás,pero como ya he dicho antes se pueden buscar cinco pies al gato si se quiere subvalorar a alguien.A veces me pregunto de donde sacas esas ambientaciones tan bien hechas,esas historias que parecen haber permanecido ahí, siempre ,esperando el momento de que alguien percibiese el aroma vetusto de su esencia intemporalmente emotiva para reflejarla en unas líneas de prosa tan expresivas como las tuyas. Felicidades.
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Chicago, años 20, mafias, un amor imposible, una encrucijada sin salida y un final impredecible.
A mi madre, que cuando vivía solía decirme que nunca perdiera la esperanza de encontrar algún día, un corazón que entendiese a mi corazón. A ella, donde quiera que esté.


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Joven pintora y escritora. Estudié un Grado superior en Geografia e Historia en la UNED, y realizé también estudios de Artes y oficios. Hace años publiqué un libro de relatos "El espejo de oro" y me gustaría publicar más, trabajo como modelo, eventualmente. Pero escribir es mi verdadera pasión.