Enamorarse de alguien con trastorno de identidad disociativo no es sencillo...

Y nos volvimos a encontrar…

No se si por casualidad o por darle el tiempo a mis heridas de sanar, el punto es que volvimos a vernos, entendiste porque me fui más que mi propio motivo por el cual alejarme.

Me siento atado a ti, pero no como antes, siento que tengo una gran sensación de libertad contigo y tu conmigo sin la necesidad de tener un compromiso alguno, y eso me reconforta, no puedo mentir cuando estoy contigo, no puedo ver a nadie mas cuando estoy contigo, pero entenderé si decides mirar a alguien más.

Comprendí que me enamore de dos personas, o quizás de más, solo conozco poco de ti y hasta tus defectos me parecen dignos de amar.

Es difícil hablar de ti, describirte, eres tantas personas en una, y una entre tantas personas.

A veces fría, a veces caliente, a veces tibia… eres todo en uno y uno en todo, yo tan simple y tu tan complicada.

Un día quieres bailar otras simplemente sentarte a conversar, un día quieres verme y al otro quererme lejos de ti, no es fácil lo sé, pero no quiero cometer el error de irme por segunda vez.

Quiero ser ese rinconcito al que recurres porque sabes que encontraras lo que buscas, ese lugar donde puedes ser tu misma, sin miedo a que te juzguen.

Ese lugar donde las tantas caras del dado pueda reposar sin sufrir daño alguno.