


Bastante exagerado y algo bipolar, se encendía de ira todas las noches. Yo amaba su forma de caminar meneándose pasillo arriba y abajo. Nos enzarzábamos en discusiones sin sentido, dónde acaba gimiendo hasta la media noche despertando a todos los vecinos y jodiendome mi hora de dormir.
Huyó de mis brazos un domingo de lluvia intermitente, aún así él odiaba el agua. Dejó en mis muñecas la señal de sus arañazos. Nunca llegamos a entendimiento, su vida y la mía no encajarían al menos en este mundo.
Puede ser que alguien lo reconozca, tenía y seguirá teniendo una mirada penetrantemente felina, ojos azules y rabo largo. Dicen que se fue detrás de cualquier gata callejera en celo, que me cambió por otra más guapa. Que cambió de punto de vista.
Le dejé ir y no salí a buscarle. Siempre tuve alergía a los gatos pero aún así si le veís traermelo de vuelta.
y comenta
-
yo también extraño a mi gato ... se llamaba cucurucho ..... y era mas inteligente que un perro ....Muy muy bueno!!Me ha encantado, me he sentido identificado, esa forma de relatar lo cotidiano me ha gustado mucho. Enhorabuena!!A veces es mayor el amor felino que el humano, el caso es que amaba más a una gata que a ti.Recuerdo una manera de llamar la atención, retozándose a los pies y su cola rígida en vertical. Puede ser que llegue a conocerlo. Buen escrito Dana!!Gatos, que aburrida y falta de clase sería la vida sin ellos.Es siempre grato descubrir la ternura en un texto intimista tan hermoso. Me encantó. Saludos Dana.Muchas veces no sabemos lo que en verdad nos dan los animales hasta que ya no estan, lo digo por experiencia, un saludo