


Que lo que fue sangre se haga alma.
Ser de patas salvajes,
tan salvajes como era tu dulzura,
como salvajes fueron tus besos.
Fuiste fantasma en un mundo de espectros,
una hoja seca que se movia sin viento.
Esclavo y reo,
pero aun asi amaste.
Duele haber sentido con el cuerpo y no con el alma.
Yo ahora soy arena,
tu cuerpo ceniza,
vuelto espuma tu vientre.
Mi piel yace desgarrada por tu sufrimiento.
Volo la energia y solo quedo el lastre,
se dilata con las letras la culpa negligente.
Somos anhelos sin sintonia que seran siempre sangre.
Napoleon T. Antonio
y comenta
-
Buen poema.
-
Durante años se me ha complicado dormir en las noches, hoy se complica todavía, pero tal vez mañana al abrir los ojos encuentre el sol que adoraron mis abuelos.