


Os preguntaréis el por qué del título.
Pues el otro día reflexionaba sobre cómo debía funcionar el mecanismo de la atracción sexual. El pelo, dicen que es en lo primero que nos fijamos. Luego vienen otras partes... Pero eso,para otro relato.
Pues a mi, de adolescente, en el instituto, me llamaban la atención los chicos altos y morenos.
El primer amigo especial que tuve era rubio y no muy alto. El segundo, rubio, con los ojos azules, pero definitivamente bajito.
El tercero, tal de lo mismo, pero con ojos color castaño.
El que no llegó a amigo especial por ser un pelmazo, también era rubio y bajito.
¡Pero un día cambió mi suerte!
Empecé a salir con un rubio macizo de metro noventa, atlético y ojos verdes... Me dejó antes de un mes.
Quedé escarmentada por haber sido rechazada, pues me cambió por una rubia (más bajita que yo, que ya es decir).
De hecho, aún hoy en día, si eres un rubiales, ya tienes puntos restados antes de empezar a conocernos.
Con el paso del tiempo, empecé a canalizar mis intereses y funcionó.
Así que me quedé con el morenazo de pelo rizado de la autoescuela, después con el guapísimo compañero de trabajo, moreno, ojos color miel, y con el pimpollo de pelo negro rapado al dos y con barba de tres días del gimnasio.
En fin, la teoría de la atracción jugó al póker conmigo ¡pero al final gané yo!
y comenta
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Gustavo, tenés razón! No me refería a ese tema y ya lo he modificado. Y conste que yo no tengo nada en contra de los rubios! Abrazos!Desconocia que hubiese una LEY de atraccion sexual pucha che!!, solo se en cuanto a lo sexual lo semejante se atrae.