


Es de noche en Caracas y el infierno es un parque en éstas prisiones malditas.
Son casi las 11 la noche, es un día horrible en una Venezuela agónica, es Caracas, una ciudad que muerde, violenta, donde los cuerpos son bisuteria y como tal son tratados, es la prisión, es el infierno.
Hoy me toca disparar de nuevo a quemarropa, hoy toca matar, mi piel fría así lo dice y el cañon de mi 38 espera al bate. La sangre me corre y yo la siento fría, los vellos de mis brazos relatan mis nervios, pero mi alma tiene sed de sangre, y yo lo sé. No soy un tipo violento, pero me ha tocado serlo en prisión, me ha tocado separar padres de sus familias y madres de sus hijos, en Caracas la ley está en matar antes que te maten, sé que llegará el día de mi tan esperada muerte, soy muy joven, pero ya lo sé, mi cuerpo huele a sudor y las gotas resbalan por mis sienes, hoy me tocará volver a aparentar que soy muy sangriento y que me excita ver como suplican mis victimas, aunque en cierto modo, al entrar en adrenalina, sea cierto... No sé quien será mi victima hoy, ni sé cual será la victima de mañana, solo quiero tranquilidad y mientras la sangre se derrama y el olor a marihuana dentro de las prisiones exista, yo seré parte de ella, de una tranquilidad que apesta a muerte y a llamas del mismísimo infierno. No me juzguen por ser un homicida, más bien juzguen a quienes asesinaron algún día al niño que fui, a quienes pusieron una 9 milímetros por primera vez a mis 10 años, por no tener comida, por vivir en la miseria, por saber lo que no es comer por 3 días seguidos y ver como mi madre llora todos los días por un pedazo de pan para nosotros, aunque ella también moría de hambre, por ser un pobre más para los políticos corruptos que hoy día hacen vida en éste país plagado de hambre, ahora soy un muerto que anda y que mata para poder vivir un día más...
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Intentas hacer tu propio camino, pasear tus propias veredas, pero no cuentas con el hecho de que soy más parte de ti, que mucha de tu sangre...
Serán tus noches, y tus días una línea de recuerdos que te llevaran de nuevo a casa.
Ahora sabes lo que es morir, pero sigues teniendo el deseo de querer repetirlo.