


Se desliza por el cristal,
maraña de sentidos al madrugar,
involucrados en el despertar matinal,
reniegan de sus latidos por llegar.
Sucede de improvisto,
que el cabello más visto,
se torna recio y apagado,
muriendo sin gloria despacio.
Si fuere posible entender,
el sonido del minutero al recorrer,
ansioso circularmente su destino,
para acabar volviendo al principio.
Y no me siento más extraño,
que los que ríen desganados,
o los que mueren asesinados,
por su codicia condenados.
Soy uno más,
más no quiero ser,
nada más que lo que pueden ver.
y comenta
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ME GUSTO LA TAMATICA , PERO ENCUENTRO QUE ES DEMASIADO ABSTRACTO ,