


Los ecos de tu voz suenan lejanos,
susurros que el viento acalla a su paso,
la ausencia, tu ausencia
se transforma en desidia, mi desidia.
Triste desenlace de una historia que un día brilló
como brillan las estrellas por todo el universo,
pero que se apagó también sin apenas darnos cuenta,
como se apagan asimismo las estrellas.
Todo parece ya remoto…, aunque próximo al mismo tiempo
Aún recuerdo las mañanas soleadas,
los juegos atrevidos,
los besos que iban y venían como chispas revoltosas.
Recuerdo los cielos luminosos
y las noches de vértigo.
Recuerdo las tardes de lluvia sentada en tu regazo,
la piel húmeda de deseo, tu mirada melancólica.
¡Y tus labios esponjosos, como no recordarlos!
He renunciado a tu risa, a tus manos, a tu boca apasionada
He renunciado a ti y me encamino quien sabe hacia donde,
sola, buscando si acaso una flor o una sonrisa,
algo, no sé bien como definirlo,
solo sé que te sigo añorando.
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Cuando se ama con tanta intensidad cuesta soltar. Reconocerlo es el primer paso.como brillan las estrellas por todo el universo, pero que se apagó también sin apenas darnos cuenta, como se apagan asimismo las estrellas.. Mi parte preferida. Sin palabras.Hermoso y melancólico poema.Los recuerdos nos ayudan a seguir adelante. Saludos y gracias por tu comentarios. Seguiré leyendo tu poesía.