Reflexiones desde una tierra yerta y mustia.

  Escribo desde una tierra olvidada, perdida en lontananza, entre las ruinas de lo que otrora fue distinto; seres sin consciencia ni razon pululan en medio de la desgracia, que en estos lugares extraños, todavía se hace llamar "Vida".

  A ambos lados de los caminos de esta tierra sin fin, yacen los restos de las memorias fenecidas, aquellas que nadie evoca, recuerdos borrados por el tiempo,de epocas tan lejanas e inmemoriales, que es imposible saber si fueron ciertas, o son tan solo un fantasmal mito en medio de la añoranza de algo que nunca existió. Son pensamientos, actos, dolores, angustias y vidas de otros tiempos, de otras regiones, seres evadidos de la existencia, que alguna tuvieron razón, pero que no tendrían lugar en este territorio de sombras.

  ¿Qué hay en esta tierra? Voracidad encarnizada, errar en medio de la inercia, deambular los senderos de la incertidumbre, sobrevivir en el hastío de la desesperanza. En tierras como esta, el ser humano abandona por completo su esencia, que se difumina en un enorme vacio donde no hay forma para la esperanza, solo la búsqueda de algo que nos acerque a las memorias fenecidas. En esta tierra no hay fe, no hay dirección; el intelecto y las ideas involucionaron hasta transformarse en una espantosa entelequia. En esta tierra yerta no hay ni siquiera destino, nadie sabe hacia donde lo dirigen sus pasos. Al caer la noche nadie encuentra la paz, lo hechos del día se vuelven pensamientos espectrales que azotan la psiquis de los moradores de este territorio fallido, devenido en una árida estepa carente de tiempo. Así es esta región fatal, creada por los más atroces pensamientos que cerebro enfermo pudiese  elucubrar, una tierra perdida entro lo que nunca existió y lo que jamás llegara.